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Con las tragedias de Sófocles (siglo
Con el paso del tiempo, Sófocles (c. 496-406 a.C) se ha convertido en el autor paradigmático de la tragedia griega, y sobre su obra descansa en gran medida nuestra comprensión de este género y de sus implicaciones filosóficas y religiosas. De entre su producción conservada, Áyax se considera su tragedia más antigua, deudora del estilo poético de Esquilo y, por lo tanto, un importante nexo de unión entre el teatro primigenio y un estadio posterior de depuración dramática.
Durante la guerra, Áyax reclama heredar las armas de Aquiles, pero se le niegan en favor de Odisea. Atenea, protectora del rey de Ítaca y resentida con Áyax, aprovecha la situación para vengarse de él poniéndolo en una situación ridícula. El héroe de esta tragedia, desmesurado en su arrogancia y su demencia, es víctima del pundonor y la pasión, pero afronta con nobleza su destino.
"Áyax no es simplemente un drama de culpa y expiación, sino la tragedia de un gran hombre que en su fuerza excesiva atrae sobre sí el rayo y recibe el fuego mortal con dignidad" Albin Lesky.
Con las tragedias de Sófocles (siglo
Publicado originalmente en la BCG con el número 40, este volumen presenta la traducción De las siete Tragedias de Sófocles que se conservan íntegras realizada por Assela Alamillo. Diana de Paco (Universidad de Murcia) ha redactado una nueva introducción para esta edición.
Les tragèdies completes de Sòfocles amb una nova traducció de Feliu Formosa i Joan Casas
L?obra de Sòfocles, el més universal dels autors tràgics grecs, no ha perdut vigència i segueix inspirant interpretacions contemporànies. Ha estat considerat un dels renovadors fonamentals de la tragèdia grega i s?ha dit que, gràcies a la seva contribució, el gènere ha assolit la perfecció estètica a nivell formal. Amb els seus textos, explora el caràcter alhora heroic i vulnerable dels personatges davant la força irresistible del destí. En aquest volum, presentem una nova traducció al català del teatre complet de l?autor grec, que inclou les set tragèdies que es conserven senceres: Àiax, Les dones de Traquis, Antígona, Èdip Rei, Electra, Filoctetes i Èdip a Colonos.
-- Versión de Jesús Ricardo Martín. Guía de lectura: José Ignacio Merino Martínez.
Con el juicio de Paris se inicia la guerra de Troya y con otro juicio, la contienda de Ulises y Áyax por las armas de Aquiles, se abre su acto final. En la disputa está en juego el honor. Áyax no soporta el veredicto y quiere vengarse de sus jueces. Atenea lo enloquece. Al recobrar la cordura, se suicida. La posteridad interpretó este enfrentamiento como el de la astucia o la inteligencia de Ulises frente a las gestas o la fuerza bruta de Áyax.
Aun admitiendo cierta falta de solidez, nos arriesgamos a aventurar que Áyax puede ser interpretada como una tragedia profundamente comprometida con las acciones políticas de la Atenas contemporánea; que no hace sino denunciar el fracaso de la autarquía (Áyax) y de los abusos absolutistas (Atridas) y, de rebote, el previsible fracaso de la Liga de Delos; en definitiva, es un elogio a la moderación, al respeto por la justicia, la igualdad y las leyes divinas y humanas (Ulises); por la democracia, en defi nitiva. Jesús Ricardo Martín
Es Áyax una tragedia de antítesis, de contraposición de normas éticas, de exaltación de la soledad del héroe, de continuo recuerdo de que todo es incierto y frágil en el hombre, juguete de la ironía del destino, engañado por los propios dioses. J. de Romilly, La tragedia griega.
Y siento pena por él aunque seamos enemigos. Me doy cuenta de que todos nosotros, cuando vivimos, estamos presos por un destino fatal y no somos sino fantasmas vivientes. Ulises, en el «Prólogo» de Áyax.
-- Fue Sófocles (496-406 a. C.) contemporáneo de Esquilo y de Eurípides, también de Aristófanes, pero el floruit de su vida le hace coetáneo de Pericles. Este poeta, que como ningún otro sabía de la trágica miseria de la existencia y de todas las profundidades del sufrimiento humano, siguió el camino de su vida exterior alumbrado por una luz serena y era considerado por sus conciudadanos atenienses como un hombre feliz, paradigma del triunfador, afable en el trato, nada envidioso, respetuoso con sus rivales y respetado por ellos.