www.paquebote.com > Antonio Royo Marín
El P. Royo Marín ofrece en este volumen una hermosa síntesis de la doctrina católica sobre el Espíritu Santo, tanto en lo relativo a su persona divina como en lo referente a sus siete principales dones, que la tradición cristiana ha venido considerando a través de los siglos. Como en todas sus obras, su exposición brilla por su claridad, precisión teológica y unción religiosa, virtudes que lo han colocado entre los más apreciados escritores de espiritualidad en España e Hispanoamérica.
Esta obra ofrece una exposición amplia y sugestiva del vasto panorama de la moral cristiana escrita para el público seglar, aunque pueden utilizarla también, con grandísimo provecho, tanto sacerdotes como religiosos. Nada falta en ella de cuanto pueda interesar al lector en orden a la formación de su con-ciencia particular y personal. Los grandes principios de la teología clásica —sobre todo a través del Doctor Angélico, cuya doctrina moral expone el P. Royo Marín— aparecen a lo largo de toda la obra en íntima y vital conjunción con las últimas disposiciones de la legislación canónica y civil.
El P. Royo Marín ofrece en este volumen una hermosa síntesis de la doctrina católica sobre el Espíritu Santo en lo relativo a su persona divina como en lo referente a sus siete principales dones, que la tradición cristiana ha venido considerando a través de los siglos.
Como en todas sus obras, su exposición brilla por su claridad, precisión teológica y unción religiosa, virtudes que le han colocado entre los más apreciados escritores de espiritualidad en España e Hispanoamérica.
Este libro, entre los más breves que han salido de la pluma de su autor, no es ninguna novedad. Aquí está el Royo Marín de siempre. El teólogo respetuoso de la tradición católica y poco o nada amigo de piruetas temáticas o de novedades doctrinales. Aquí despacha él el buen pan y el adobado vino de siempre. Y, sin embargo, este "Sentir con la Iglesia", aun en su brevedad, encierra una novedosa singularidad: la de ser su libro postrero, entendiendo aquí, lisa y llanamente, como si fuera el postre ex-quisito y almibarado que se nos ofrece como el mejor cierre de su cuidado banquete.
ÍNDICE
Presentación
Al lector
Siglas
I. Cristo fundador de la Iglesia
II. La Iglesia en sí misma
1. Naturaleza de la Iglesia de Jesucristo
2. Organización jerárquica de la Iglesia
3. La Iglesia de Cristo es infalible en materia de fe y de costumbres
a) El Romano Pontífice
b) La Iglesia de Cristo es infalible en materia de fe y de costumbres
c) La totalidad de los fieles
III. La Iglesia sacramento universal de salvación
1. Voluntad salvífica de Dios
2. Cristo, autor de la Salvación por la Iglesia
3. La Iglesia sacramento universal de salvación
IV. Misión universal de la Iglesia
V. La Iglesia necesaria para la salvación
VI. Relación de la Iglesia de Cristo con las confesiones religiosas no cristianas
1. Los fieles católicos
2. Vínculos de la Iglesia con los cristianos no católicos
3. Los no cristianos
VII. Lo necesario para salvarse
1. Lo imprescindible
2. Lo suficiente
3. Lo integral
4. Lo perfecto
5. Lo heroico
VIII. Sentir con la Iglesia
1. ¿Qué significa en la práctica Sentire cum Ecclesia?
2. Las reglas de San Ignacio para sentir con la Iglesia
IX. Errores y sofismas
1. Cristo sí, la Iglesia no
2. Soy católico no practicante
3. La Iglesia católica mantiene demasiados dogmas. Sería conveniente suprimir o suavizar algunos para hacerlos compatibles con el clima intelectual de nuestro tiempo
4. Para obrar bien es necesario y suficiente seguir el dictamen de la propia conciencia moral, sin más complicaciones
5. A muchos buenos católicos les resulta prácticamente imposible guardar las severas leyes de la Iglesia en orden a la moralidad matrimonial
Religión. Síntesis de las enseñanzas de los grandes maestros de la vida espiritual
En 1970 Pablo VI proclama Doctora de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús. A ella la siguieron Santa Catalina de Siena y Santa Teresa del Niño Jesús
Proceso por el que los creyentes acceden y mantiene su fe.
Es preciso tener ideas claras sobre la noción o constitutivo esencial de la santidad. ¿En qué consiste propiamente? ¿Qué significa ser santo? ¿Cuál es su constitutivo íntimo y esencial? La Sagrada Escritura, los Santos Padres, los teólogos y los grandes místicos experimentales de todas las épocas han propuesto diversas fórmulas, pero todas coinciden en lo substancial. En ellas ahonda y se extiende este ensayo sencillo, claro y didáctico.