Vanessa Aguilar nos cuenta su experiencia cercana a la muerte (que sufrió a los 5 años) y cómo después de ese momento su sensibilidad se agudizó en lo que se refiere a la capacidad de percibir nuestra alma por separado de nuestro cuerpo físico, especialmente en el momento cercano a la muerte. La muerte no existe, según su experiencia, ya que lo que hacemos es transformarnos abandonando este cuerpo físico. Son nuestros guías (habitualmente familiares o amigos ya fallecidos) los que nos vienen a buscar para ayudarnos en este paso. Y Aguilar lo sabe no solo porque ella lo experimentó, sino porque muchas de estas almas la visitan y le dan últimos mensajes.
La autora tuvo una experiencia cercana a la muerte en el año 1985. Seguidora de Elizabet Kübler-Ross, Aguilar acaba de constituir en El abrazo del oso una iniciativa que quiere ayudar al duelo y también a las personas que han sufrido un «despertar espiritual» a comprender su situación.