El agua es esencial para el ser humano y la necesidad de su obtención es constante, pero la mayor parte del agua de nuestro planeta —agua salada— no es apta para su uso y consumo directo. Y la reserva de agua dulce no está en nuestros ríos, sino que encuentra en el subsuelo. Pocos son conscientes de que hay un tesoro escondido bajo nuestros pies, el agua subterránea, de ahí que se haya calificado como el futuro “oro azul” de nuestro planeta. Sin embargo, este desconocimiento también ha sido aprovechado por muchos para su sobreexplotación, deterioro y contaminación. Es necesario que aprendamos más sobre las aguas subterráneas, sobre cómo protegerlas, qué instrumentos jurídicos tenemos a nuestro alcance y, en aquellos supuestos de mayor daño, utilizar el Derecho Penal para sancionar las conductas más graves.