9788413772035
Entre Austrias y Borbones «Derecho y razón de estado en la sucesión de Carlos II»
Álvaro Silva Soto
Editorial: Dykinson Fecha de publicación: 26/01/2021 Páginas: 376Formato: , 24 x 17 cm.
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En los primeros días de la Guerra Civil el padre de Isabel desapareció y desde entonces la misteriosa figura del ausente ha marcado su vida. Sin embargo, Isabel recibe un día una extraña llamada telefónica que marca un punto de inflexión en su historia. A partir de ese momento el narrador retrocede en el tiempo para mostrarnos los avatares de un amor y descubrirnos las decisiones que determinaron el destino de los personajes. Una novela sutil y una profunda reflexión sobre las consecuencias de nuestros actos.
Alvaro Silva Verástegui ha editado varias obras de Tomás Moro en español: La agonía de Cristo, Diálogo de la fortaleza contra la tribulación, Piensa la muerte, Carta a un monje, y una correspondencia selecta. Es autor de Tomás Moro: un hombre para todas las horas, un libro de ensayos sobre el humanismo moreano y, en inglés, de una «vida breve» de Moro y de The Last Letters of Thomas More (traducido por él mismo al español: Últimas cartas (1532-1535), editorial Acantilado).
La figura de Tomás Moro (1478-1535), autor de la célebre Utopía, corre el riesgo de perderse entre la idealización hagiográfica y la mera nostalgia de una época en que la "Cristiandad" todavía tenía peso y sentido. Este ensayo biográfico realiza una lectura atenta y crítica de su obra examinando su convicción humanista entre el ocaso de la Edad Media y los albores del mundo moderno. Moro apostó tanto por la razón como por la fe cristiana, por el respeto a uno mismo y por la libertad de aceptar un don trascendental. El éxito de la Reforma luterana lo arrimó, aunque tarde, a cierta tolerancia religiosa. La tiranía que lo llevó al martirio le sirvió para afilar su propio arte de vivir. Sólo en la prisión y ante la muerte pudo asegurar su integridad y libertad personal. Allí, el "hombre para todas las horas", como lo llamó su amigo Erasmo, reafirmó la esperanza de un humanismo abierto, positivo y tolerante, en una defensa de la dignidad humana frente a cualquier opresión. Para él, la hora de Dios era también la de la propia humanidad; un momento en el que, a través del respeto a sí mismo como imagen de Dios, resolvió, acaso sin saberlo, el problema moderno entre la heteronomía y la autonomía.