978-84-1361-308-6
HEIDEGGER «EL FRACASO DEL SER»
ARTURO LEYTE
Editorial: SHACKLETON BOOKS Fecha de publicación: 12/02/2024 Páginas: 176Formato: Rústica
www.paquebote.com > ARTURO LEYTE
Ideal y hermenéutico definen dos modos diferentes de comprender la filosofía a partir del mismo descubrimiento: la reflexión y el lenguaje resultan indisociables del ser que se quiere investigar. Desde esta perspectiva, ambas filosofías se vuelven impracticables e inconclusas, y obligan a reiterar la pregunta filosófica, quizá en estos términos: cómo elaborar un discurso posible sobre una cuestión imposible —el ser—, cuando esta ya no es un contenido determinado y separable, sino la propia relación que guarda con la reflexión y el discurso.
Este libro reconoce dicha relación como paso o tránsito: del sujeto al predicado, de la conciencia a su objeto (o de este a aquella) y, finalmente, de lo antiguo a lo moderno (y viceversa). Cómo entender ese paso es lo que distingue el idealismo de la hermenéutica: si para el primero resulta posible de todos modos reconstruir especulativamente ese tránsito y, en consecuencia, ganar un conocimiento absoluto, para la hermenéutica resulta imposible, de manera que la filosofía se limita al acto de interpretar.
Algunas contribuciones de este libro se refieren a filósofos —Aristóteles, Kant, Schelling, Platón, Hegel, Hölderlin o Heidegger—, pero no pretenden presentar sus doctrinas; solo vislumbrar por medio de ellas cómo se configuró la filosofía desde las dos determinaciones filosóficas: el idealismo y la hermenéutica. En otras, se sugiere una cierta concepción de la historia de la filosofía, sin que tampoco se pretenda afirmar una teoría sobre la misma. Pero sí señalar que dicha historia no responde a épocas preestablecidas, porque no se trata de algo cronológico, sino de una posibilidad de lectura que se encuentra ahí precisamente como lo único a lo que quizá podamos seguir llamando filosofía.
Este ensayo constituye un intento por interpretar la filosofía de Schelling como unidad, desterrando la presentación escolar habitual de un Schelling fragmentado en etapas sucesivas y desvinculadas. Para ello aprovecha precisamente la división interna de una filosofía que se formuló dualmente, como filosofía negativa y positivam y trazó de este modo la figura completa del idealismo como última estación de la historia de la filosofía. Un idealismo que conduce al límite de la propuesta filosófica griega y moderna descubriendo la constitución temporal del logos y de la razón. Revelar el origen y el final de esa razón como naturaleza y como espíritu respectivamente definió la tarea filosófica de un Schelling profundamente idealista que ha reconocido que fuera de la razón no hay nada, pero que lo racional y tranparente sólo es una margen, una época, solidaria de otra margen, otra época fundamental y oscura, que la soporta. A la postre, el devenir de la obra de Schelling desde una filosofía negativa a una filosofía positiva reescribe el devenir de una razón lógica a una razón histórica, pero fundamentalmente presiente que el verdadero trayecto de la razón según épocas es el que escribe libremente desde el pasado al futuro. La razón absoluta surge así de la lucha permanente entre el pasado natural y mitológico y el futuro espiritual e histórico, a partir de la coexistencia de dos epochés que se enfrentan, y a la vez buscan, quizás imposiblemente, reconciliarse en un solo tiempo, en una historia superior.
¿Se puede representar el terror? Pero, ¿y si el terror surgiera precisamente de la propia reiteración de la representación, aquella a la que se reduce modernamente la subjetividad? En tal caso, el terror y la subjetividad constituirían las dos caras de un mismo fenómeno que transforma a su vez el arte: de la presencia singular de la cosa que ha de ser recogida en una mirada a la repetición infinita de la mirada que ya no puede captarse más que a sí misma.
“Heidegger” significa la irrupción singular de la filosofía en el siglo XX: pero no como una doctrina acerca del ser y sus principios, sino como su pensada destrucción. En consecuencia, y ésta es la idea general que rige el presente libro, no existe tesis alguna de Heidegger, ni siquiera una obra escrita constituida, sino más bien un trayecto que no se deja reducir a enunciado definitivo y que por eso se puede llamar “hermenéutica”: el “trayecto Heidegger”, siempre en litigio con el significado de metafísica, es indisociable de la lectura de Aristóteles, Kant, Heráclito, Parménides, Nietzsche… o Sófocles, Píndaro y Hölderlin. Arturo Leyte recorre la continuidad de ese camino desde Ser y tiempo hasta los escritos sobre la metafísica, el arte, la técnica, el humanismo y los griegos, contra una imagen mitificada de Heidegger que impide reconocer su propia originalidad contemporánea.