Entre los años 2014 y 2017, Vicente Albero viajó al distrito de Agbogblosie en Accra, la capital de Ghana. Quería conocer de primera mano el vertedero de Sikkens, conocido como uno de los más importantes basureros tecnológicos del mundo y destino último de esa infinidad de enseres desechados por nuestras sociedades occidentales. Siguiendo la pista de estos residuos electrónicos se dio de bruces con un paisaje humano paralelo de jóvenes y niños también abandonados a su suerte en este increíble vertedero africano en el que malviven expuestos a condiciones de insalubridad extrema. Allí, cargado con su curiosidad y sus cámaras, forjó una amistad duradera, hecha de cobre y hogueras, con algunos de ellos, y muy especialmente con Small, a quien buscó y acompañó en sucesivos viajes para entender y cuestionar las múltiples implicaciones de ese consumismo feroz y el abandono de los más básicos principios medioambientales.
Su proyecto fotográfico documenta la experiencia de Small y sus amigos, buscando una dignidad que se les niega en los vertederos de la capital africana. En cada una de sus imágenes conviven la denuncia de nuestro consumismo desaforado y enajenante y la necesidad de entender, de acercarse a otras realidades humanes, frágiles y emocionantes a un mismo tiempo. Cada uno de sus disparos da a entender que es posible el triunfo de la vida sobre la degradación medioambiental; que más allá de las ruinas legadas por siglos de “revolución industrial”, la vida continúa manifestándose en toda su pureza y magnitud. Deja de esta manera una puerta entreabierta, quizás tan solo un portillo, por donde se desliza angosta una forma de esperanza para todos estos sueños rotos, para tantas y tantas víctimas de una forma de esclavitud moderna silenciada y desconocida, ignorada en las distancias.
Y es que Vicente Albero no pretende recrearse en su particular estética de la desgracia, sino más bien encuentra un cauce propio para la denuncia y crítica en el indudable impacto de sus imágenes, hermosas y terribles a un mismo tiempo. Es este un libro singular con muchas y muy exquisitas lecturas; a un tiempo alegato contra la hipocresía de las sociedades ultra-liberales, álbum de imágenes mágicas, colección de perfiles humanos, pero también el relato de un viajero inquieto que quiere ir más allá de las barreras levantadas por el egoísmo y autocomplacencia de nuestras vidas.
Con la venta de este libro asumimos un doble objetivo. Por una parte, pretendemos ayudar a los protagonistas del proyecto con los beneficios de su venta, para que los “chicos del cobre”, Faruk, Chief y Moses, tengan la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida. Conscientes de que la situación de Faruk es compartida por el resto de niños y jóvenes de su localidad, entendimos que, si apoyábamos directamente a la escuela de Zabzugu con material escolar, conseguiríamos ampliar el ámbito de nuestra ayuda, extendiéndola a otros jóvenes con similares problemas y perspectivas.

Por otra parte, buscamos participar en la concienciación de nuestros jóvenes locales en el tema del uso y disposición de los dispositivos electrónicos que forman parte de su cotidianidad. Necesitamos informar del destino final que se da a dichos aparatos, así como las consecuencias de nuestra desidia para intentar modificar sus patrones de consumo indiscriminado y evitar su contribución, a menudo inconsciente, a la aparición de nuevos basureros “globales”.

El libro se presenta con los textos tanto en español como en inglés.

Apenas unos días antes de que las piqueta cayera sobre un edificio
tan emblemático en la historia de Novelda como lo fue la fábrica de lonas, el fotógrafo Vicente Albero se sumergió en los restos del edificio fantasma “arrancado del horizonte de nuestros paisajes urbanos, sin darles siquiera una oportunidad para ceder el testigo de sus memorias”. El resultado es este pequeño y hermoso libro en el que el colectivo Giraboix intenta recuperar retazos de la memoria colectiva a lo largo de un siglo y un edificio singular, cuya decadencia e injusta condena es delicadamente ilustrada por Vicente Albero.

• ISBN: 9788461776580
• Estado: Como nuevo.

Una colección de fotografías -en blanco y negro y reproducidas a página completa- de muebles y otros enseres y utensilios abandonados por las calles.

• Vicente Albero Irles. Su vocaciór le viene de familia: su padre se ha venido dedicando a la fotografía desde 1955. De él tomó prestada, allá por 1973, su primera cámara, una Boy de 126 mm., y poco después una Retina de 35 mm. Su entusiasmo por la fotografía se vió confirmado con la lectura del libro "Diálogo con la fotografía" (Editorial Gustavo Gil¡). En él, a través de las conversaciones de grandes fotógrafos como C. Beaton, Brassai, H. Cartier Breson, Man Ray, A. Kertész, Weston y R. Gibson entre otros, descubre aspectos fundamentales de la filosofía de la fotografía al tiempo que se inicia en el aprendizaje del lenguaje y la técnica fotográfica.
Es entonces, en 1982, cuando decide abandonar sus estudios de bachillerato para empezar a trabajar en el laboratorio de su padre. Aunque su formación es esencialmente autodidacta, la completa con talleres monográficos de la mano de artistas de gran prestigio nacional: Luis Asensi Limiñana, Manuel Serra, Javier Vallhonrat, Manolo Laguillo, Joaquín Montaner, lan Wolf, Carlos Canal y Martí Llorenç.
Desde 1987, sin abandonar sus cámaras, comienza a viajar por Asia, América, África y finalmente Australia. Todos estos viajes se irán traduciendo en diferentes trabajos y reportajes de viaje.
En 1999, establecido en la ciudad de Novelda (Alicante) compagina su labor profesional con sus trabajos de autor en una serie de proyectos, que tienen la intención de explorar y recuperar diferentes aspectos del patrimonio local, en paralelo a su búsqueda más introspectiva para tratar de captar el significado del paso del tiempo. "Rambla Adentro -Paisajes Interiores-", "RetroComerç", "In-Visibles" y "Art Brossa" son buenos ejemplos de este periodo.
En 2014 sale a la carretera una vez más, la reanudación de su fotografía de viajes y su interés por el fotoperiodismo y la documentación confluyen en su último trabajo "Niños de cobre".