Si los expertos en mercadotecnia acordaran un destino ideal, este podría muy bien ser Costa Rica. El país se ha ganado su nombre y, distanciándose de sus vecinos centroamericanos, se sitúa a la vanguardia en su afán por mantener la paz, la prosperidad y el turismo sostenible. La mareante variedad de ofertas de actividades al aire libre ofrece emociones de todas las formas y tamaños, desde el vértigo de una tirolina hasta una tarde soleada en la playa. Los parques nacionales protegen bosques pluviales y brumosos, volcanes humeantes y otros parajes de belleza superlativa, y las olas son adecuadas tanto para surfistas novatos como expertos.

Caminatas por bosques pluviales y senderos de alta montaña, rápidos en ríos impetuosos, surf de primera categoría: Costa Rica ofrece una abrumadora variedad de aventuras al aire libre de todo tipo e intensidad, desde el vértigo de una tirolina hasta una tarde soleada en la playa. Los parques nacionales custodian humeantes volcanes y bosques nubosos, y hay rompientes para surfistas novatos y expertos. Y si resulta difícil elegir, no hay que preocuparse: dado el tamaño del país, se puede organizar un viaje relativamente corto que lo abarque todo. En Costa Rica el único límite para el viajero es la fecha de regreso.

Centros coloniales con una belleza de ensueño, aldeas quechuas, bosques lluviosos amazónicos y las cumbres sobrecogedoras de los Andes: un conjunto deslumbrante de maravillas se arracima en este país de modesta extensión. La hospitalidad de los ecuatorianos y la cocina deliciosa y variada de Ecuador son otro reclamo maravilloso.