Si hay una ciudad europea que no necesita presentación esa es Venecia. La ciudad del mundo con la mayor densidad de obras de arte protegidas por la Unesco, no importa cuántas fotografías o películas se hayan visto: la realidad supera la ficción en todos los aspectos. Cada curva de canal delata por qué ha sido un destino mítico durante siglos: palacios construidos sobre el agua, museos y galerías con joyas de arte, restaurantes con una cocina excepcional y festivales y espectáculos que el viajero no puede perderse.  

Pese a su reducida extensión estos dos países tienen muchísimas cosas que ofrecer: centros históricos y lugares reconocidos por la Unesco, cuevas cuajadas de estalactitas, un gran patrimonio postindustrial, los canales de Brujas, la moda de Amberes, los espumosos de Luxemburgo, las cervezas trapenses, el chocolate, las patatas fritas, los campanarios, los castillos, los locos carnavales… el viajero se sorprenderá con la abundancia de tesoros escondidos que albergan estos dos países y que, sin duda, esta guía ayudará a descubrir.

Brujas, romántica y llena de canales, y Bruselas, con su ambiente cosmopolita, son dos visitas obligadas en Bélgica. Aunque Bruselas es mucho más grande, las dos tienen canales funcionales, parques tranquilos, carriles bici, mercados animados, moda de vanguardia y museos repletos de arte local, con obras maestras que van de Brueghel al Tintín de Hergé. Además, tienen la mejor cerveza y el mejor chocolate del mundo. Sin duda dos destinos que tienen mucho que ofrecer y que el viajero disfrutará al máximo con ayuda de esta guía.