Diecisiete descubrimientos asombrosos que fueron claves y que marcaron el rumbo de nuestra historia.
La mayoría de los hallazgos arqueológicos ocurren después de meses o años de investigación minuciosa y trabajo meticuloso..., pero a veces solo hay que estar en el lugar correcto en el momento adecuado para descubrir algo asombroso, ¡por casualidad!
Este libro es una aventura en la que reviviremos algunos de los descubrimientos más sorprendentes y extraordinarios con los que se toparon personas normales y corrientes de distintas partes del mundo. Desde el hallazgo de Herculano a principios del siglo XVIII por parte de obreros que cavaban un pozo, hasta los espeleólogos de Johannesburgo que encontraron en 2013 un tesoro con los restos de los primeros hominoides, la autora nos habla del contexto histórico e importancia de cada descubrimiento, analizando las técnicas y herramientas que los arqueólogos y científicos utilizan para aprender sobre ellos.  
¡La mejor introducción al fascinante mundo de la arqueología!

La obra de teatro "¿Quién teme a Virginia Woolf?" se estrenó en 1962 y consiguió inmediatamente colocarse en la lista de obras canónicas de la dramaturgia contemporánea. Martha (la hija del rector de una universidad americana) y George (profesor de historia) forman una pareja de cuarentones especializados en inventarse juegos verbales que les permitan lanzarse las puyas más crueles con impunidad. Al volver de una fiesta, Martha invita a un nuevo profesor y su esposa (Nick y Honey) a tomar una copa en casa. Toda la obra transcurre durante esa noche: entre alcohol a raudales, los anfitriones se lanzan a un juego continuo de escaramuzas verbales que acabará contagiando a los invitados. Verdades y mentiras se mezclan en unos diálogos brillantes y lacerantes hasta la extenuación. Esta edición crítica, a cargo de Alberto Mira, rinde pleitesía al original con una magnífica traducción actualizada al lenguaje coloquial español.

«¿Quien tien mieu a Virginia Woolf?» ye un viaxe llargu hacia’l final de la nueche. Representa, como mui poques obres, los conflictos d’una pareya n’estáu de crisis permanente, ente otres causes, pola ausencia del fiyu y l’inevitable desgaste emocional que’l pasu del tiempu trai con él. De la que s’estrenó, fixo conmocionase a la sociedá americana, que nun quería que la despertaren del so suañu, tan duce como hipócrita. Ye, ensin dulda, una pieza selvaxe, desgarrada, brutal, enllena de tensión, crueldá y abondes dosis de cinismu y alcohol. Confirmó a Edward Albee como ún de los grandes, na meyor tradición de los dramaturgos americanos.