Cierta mañana de verano, el narrador de 'Cuadernos de tierra' emprende una serie de largos viajes a pie. Lo hace en solitario para –siguiendo el consejo de Stevenson– “estar abierto a todas las impresiones”. Recorre ríos, valles y sierras bajo un calor aplastante, duerme a la intemperie, remueve los rescoldos de un pasado que aún gravita sobre el paisaje. También tropieza con tres enigmáticos sucesos –un asesino en serie, una ejecución en las montañas, un nazi escondido– cuya resolución le impulsará a volver sobre sus pasos.

Las obsesiones de Rendell como el matrimonio, la compulsión por mentir o el ego humano se reflejan en estas páginas de manera inteligente, retorcida e intrigante. Esta colección de relatos es un excelente epitafio del talento de Rendell, la gran dama de la novela inglesa de misterio, que posee la extraordinaria capacidad de transformar situaciones aparentemente cotidianas en obras maestras del suspense.

Dice el autor en el prólogo que ha «reunido en este libro dos historias sobre la forma en que el afecto y la memoria recuperan amores que ya no pueden suceder en el mundo de los hechos y encuentran una supervivencia en las palabras». En efecto, uno de los protagonistas del primer relato, Juan Jesús, intenta retomar la relación con su exmujer, Nuria, pero finalmente se da cuenta de que su tiempo ya había pasado. En el segundo, un bibliotecario pierde sus anotaciones antes de impartir una conferencia sobre la relación entre la poesía amorosa y la lluvia y al tener que improvisar comienza a hablar de sí mismo y de sus amores fracasados.