Volumen 1 que comprende los tomos 1 y 2 de la obra.
Dijo Eutidemo de Tucídides que "para el rey o la ciudad que posee un imperio nada les es injusto en siéndoles útil". Todas las disputas que tienen lugar entre los pueblos y los reyes casi siempre se resuelven por las armas. Pero tanto el vulgo como los hombres sabios y prudentes tienen la creencia de que la guerra dista muchísimo de toda justicia. Y nada hay más frecuente que lo opuesto entre sí, el derecho y las armas. Demóstenes dijo: "La guerra se hace contra aquellos que no pueden ser contenidos por la justicia"; pero debe eliminarse el pensamiento de que en la guerra caducan todos los derechos. Pues muy bien dijo Dión de Prusa, que entre los enemigos no valen ciertamente los derechos escritos, esto es, los civiles, pero valen los no escritos, esto es, los que dicta la naturaleza o establece el consentimiento de los pueblos.

Fray Martín de Castañega escribió esta obra por encargo del Obispo de Calahorra y La Calzada, Alonso de Castilla, y dirigida a visitadores, curas, clérigos y personas "simples" para apartarlos de sus errores, engaños e ignorancia respecto a las supersticiones y hechicerías. Para tal fin acudió a fuentes clásicas, considerando que "en los antiguos está la sabiduría". El propósito de esta obra no es otro que la comparación entre la iglesia católica y la diabólica, la denigración de los comportamientos supersticiosos y la explicación racional para determinados sucesos inexplicables.

Volumen 2 que comprende los tomos 3 y 4 de la obra.
Dijo Eutidemo de Tucídides que "para el rey o la ciudad que posee un imperio nada les es injusto en siéndoles útil". Todas las disputas que tienen lugar entre los pueblos y los reyes casi siempre se resuelven por las armas. Pero tanto el vulgo como los hombres sabios y prudentes tienen la creencia de que la guerra dista muchísimo de toda justicia. Y nada hay más frecuente que lo opuesto entre sí, el derecho y las armas. Demóstenes dijo: "La guerra se hace contra aquellos que no pueden ser contenidos por la justicia"; pero debe eliminarse el pensamiento de que en la guerra caducan todos los derechos. Pues muy bien dijo Dión de Prusa, que entre los enemigos no valen ciertamente los derechos escritos, esto es, los civiles, pero valen los no escritos, esto es, los que dicta la naturaleza o establece el consentimiento de los pueblos.

Esta obra rica en información narra la historia de muchos santos y beatos de la Diócesis de Valladolid o en conexión con ella. Este libro, además, tiene visos de futuro. No quiere quedarse viejo, pues cuenta con las vidas de aquellas personas sobre las que están actualmente en curso procesos. Constituyen una obra monumental estas páginas que nos presenta el historiador Javier Burrieza. El conocimiento y el sentido histórico de los santos se encuentra dentro de su línea de trabajo.Trata la realidad de la Iglesia con criterios historiográficos modernos, huyendo de estereotipos hagiográficos y respetando al mismo tiempo la mentalidad de los contemporáneos que vivieron con los santos, se sintieron impresionados por ellos y juzgaron conveniente difundir el llamado «olor de santidad» de acuerdo con las coordenadas de su tiempo. Esta obra que el lector tiene en sus manos trata de la dimensión más honda de nuestra historia. Un santo no es una persona rara sino alguien que levanta el ánimo hacia lo alto.
+ Ricardo Blázquez Pérez Cardenal-Arzobispo de Valladolid

Dijo Eutidemo de Tucídides que "para el rey o la ciudad que posee un imperio nada les es injusto en siéndoles útil". Todas las disputas que tienen lugar entre los pueblos y los reyes casi siempre se resuelven por las armas. Pero tanto el vulgo como los hombres sabios y prudentes tienen la creencia de que la guerra dista muchísimo de toda justicia. Y nada hay más frecuente que lo opuesto entre sí, el derecho y las armas. Demóstenes dijo: "La guerra se hace contra aquellos que no pueden ser contenidos por la justicia"; pero debe eliminarse el pensamiento de que en la guerra caducan todos los derechos. Pues muy bien dijo Dión de Prusa, que entre los enemigos no valen ciertamente los derechos escritos, esto es, los civiles, pero valen los no escritos, esto es, los que dicta la naturaleza o establece el consentimiento de los pueblos.

Durante el IV Centenario de la circunnavegación del globo por Magallanes y Elcano, se multiplicaron las investigaciones y salieron a la luz multitud de documentos que aclaraban dudas sobre el viaje, llegándose a conocer y a describir minuciosamente todo cuanto concernía a Magallanes y a los que con él partieron de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519. En los "Estudios históricos" que componen esta obra se pretenden dilucidar algunos puntos oscuros de la vida y viajes de unos de los más grandes marinos que ha dado la historia, Juan Sebastián Elcano, tales como: que él no tuvo participación en la muerte de Magallanes, o que fue él quien dio a las naos castellanas la derrota del Maluco por el oeste, entre otras cuestiones.

En 1518 Diego Velázquez, Gobernador de Cuba, puso a Hernán Cortés al mando de una expedición de carácter pacífico a Yucatán, con la finalidad de comerciar con los indígenas por medio de trueques, convertirlos al cristianismo y obtener informes exactos acerca de aquellas tierras y sus moradores. Para entender los hechos que posteriormente llevaría a cabo Cortés es necesario conocer los ideales caballerescos de su época, donde se entremezclan cualidades tan dispares como la vida refinada, la incontenida energía, el ademán ceremonioso, el brutal juramento del soldado, la irreflexiva temeridad, la temerosa previsión, la noble liberalidad y la mezquina avaricia. En sus planes de conquista Cortés realizó una exitosa estrategia: aliarse con determinados grupos indígenas para derrotar a otros.

Hay en la conquista del Nuevo Mundo historias imperecederas, pero quizá ninguna tan fantásticamente sorprendente como la odisea de Lope de Aguirre, el Peregrino. Historiadores, críticos, literatos, dramaturgos, descubren en la figura de Aguirre un personaje de excepción, tan de excepción que en su época asombró y horrorizó; no halló una pluma que lo justificara, fue abandonado por todos los suyos y acabó muriendo arcabuceado y descuartizado por la justicia española. La locura de Lope de Aguirre invalida sus ideas políticas, y por más nobles que fueran sus propósitos no justifican la sangre que criminalmente derramó. Esta obra de Francisco Vázquez es la más completa, emocionada y exacta de todas las que refieren la vida y crímenes de Lope de Aguirre.

En el siglo XVI las tribus indígenas de las Antillas habían sido exterminadas en luchas de decenios con los caribes. Estos realizaban incursiones en las islas desde tierra firme de sudamérica, mataban a los hombres y se llevaban a las mujeres, aniquilando así a la población nativa. La escasez de trabajadores indígenas se suplió con la importación de esclavos negros. El viaje emprendido en 1567 por John Hawkins con varios navíos obedecía a este fin. Francisco Drake, pariente de Hawkins, formó parte de esta expedición como capitán de un pequeño navío. La primera parte del presente tomo constituye el relato de esta expedición. Numerosas fueron las expediciones realizadas por Drake a partir de entonces, incluida la circunnavegación del mundo, si bien este viaje poco aportó, o nada, a los conocimientos geográficos de la época. Sin embargo, no hay que menospreciar las consecuencias políticas de este viaje, puesto que contribuyó a afirmar la posición de Inglaterra, además de infundir en el pueblo inglés la conciencia de la enorme importancia que suponía la existencia de una fuerte Marina y la posesión de las colonias. Gracias a ello Inglaterra se convirtió en la más poderosa potencia marítima y colonial de la tierra.

El traductor de esta obra nos dice en el prólogo: "Hemos extraído de los libros escritos por el Padre Cuplet y por sus cooperantes las máximas que pertenecen a Confucio, las cuales están mezcladas en el original con los pensamientos de sus comentadores. También hemos sacado algunas máximas de la obra del mismo autor sobre el amor filial, publicada por el Padre Noel. (...) "Por no privar al lector de algunos bellos pensamientos que estaban en narración los hemos reducido a máximas. "(...) Muchas veces hemos sido infieles a la palabra y aun a la misma frase. No se trataba de presentar una versión literal, sino de dar la moral de Confucio, y hacerla leer."