El "Príncipe de Spandau", es una revelación, descarada e indecente, que uno de los líderes del nazismo, Rudolf Hess, hace, sin tener conciencia de ello, porque él mismo está loco, de las relaciones entre el "nazionalsocialismo" y la locura: una locura que Hess, en su prisión de Spandau, donde acabó sus días, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Nürenberg, proclama como un programa patriótico, asumiendo los horrores -para él, las bellezas- del holocausto.

El autor sitúa esta novela en el Alenetejo, Portugal, tierra muy amada y que está presente en muchos de sus libros.

..."¿Cómo puedo ser yo tan escéptico y tan apasionado? ¿Afirmar que todo se corrompe, que nada perdura, que todo es ilusorio y pasajero y, a la vez, descubrir en un instante la eternidad, la belleza perfecta y para siempre? Aquí, en el amor con Adriana. Tal vez precisamente porque no existe para siempre es por lo que este segundo es tan exaltador: un espacio mágico y sereno."....

Cada guerra empieza con mentiras, porque la opinión pública tiene que apoyar a los ejércitos. Pero ¿estamos condenados a saber la verdad sobre las guerras demasiado tarde? El autor responde que no, y por ello expone en este libro los principios, trucos y engaños de la "propaganda de guerra".
Masacres, fosas, purificación étnica, genocidio... ¿Cómo separar en estas imágenes lo verdadero de lo falso?
¿Qué nos ocultan bajo el término "error"? ¿Fue un "error" que la OTAN bombardeara todo un país, Yugoslavia? ¿Que bombardeara la embajada de China en Belgrado, dos columnas de refugiados, un tren internacional, el mercado y el hospital de Nis y numerosos objetivos civiles yugoslavos? Hay que responder a estas preguntas. Para que no nos engañen en la próxima guerra.

En este libro James Petras dice todo o casi todo lo que se trata de ocultar sobre la política internacional de los Estados Unidos, especialmente en su relación con América Latina, y lo dice de una manera nítida, sin ambigüedades y, desde luego, seriamente documentada; lo que es posible porque él no es un simple profesor instalado en una cátedra, sino un viajero al corazón de los problemas, allí donde se plantean y allí donde se sufren con mayor intensidad. No se olvidarán fácilmente capítulos como el que dedica a las ONG, que tan útil ha de ser para la desmixtificación de estas organizaciones, o el de las relaciones entre el Imperio y el narcotráfico, o aquel en el que establece los vínculos que hay -muy profundos- entre el pensamiento de Che Guevara, cuya importancia teórica reivindica, y los actuales movimientos revolucionarios latinoamericanos. La densidad filosófica se hace patente en su trabajo sobre la globalización, y su fuerza de análisis histórico es evidente cuando reflexiona sobre el pasado, presente y futuro del Imperialismo.

Patxi Iturregi realizó estudios de Náutica en Portugalete y en la actualidad ejerce de profesor en Llodio (Alava). Siempre ha cultivado el relato breve, modalidad en la que ha desarrollado notable maestría y un estilo inconfundible. Tras conseguir importantes premios literarios en su especialidad a principios de los noventa, debutó brillantemente en 1996 con el libro de relatos titulado "Con el viento en contra", donde pone de manifiesto la rebosante capacidad fabuladora de su gran talento narrativo.
"Con el viento en contra" es un conjunto de nueve relatos cuyo telón de fondo es invariablemente el mar. Su autor vivió durante largos años la experiencia del mar real, hasta que se cansó de navegar, colgó la gorra de piloto, y empuñó definitivamente la pluma. Después, se dedicó a recrear su propio mar, un mar hecho de remembranzas y deseos insatisfechos, de nostalgia por la aventura y observaciones reveladoras sobre la condición humana. El mar que nos presenta este libro ejerce una atracción fascinante sobre el lector.

Los comedores y los "cuartos de estar" de las casas, ya no son lugares de conversación, desde que se instaló en ellos la caja de la TV, que dicta lo que hay que saber y cómo hay que saberlo, y de qué hay que hablar y lo que hay que decir. Se dicen cosas vulgares -¿esperando a Godot?- desde un mirar trufado de anuncios y zafiedades. La TV grita, parpadea, despide continuamente imágenes fragmentadas, y, con sus gritos, hace silencio, hace nada.
Esperando nada, estos personajes creían esperar a unos hijos. Escuchan voces, fantasmas de noticias, y sus figuras están inmóviles. ¿Quién vive? "¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?" "Y no vi nada en que poner los ojos, que no fuera recuerdo de la muerte" (Quevedo)

La Galleta del Norte nació felizmente en Barakaldo, en 1983. Los escritores que forman parte de este laboratorio dicen ellos mismos que la Galleta del Norte "nada tiene que ver con la suma de estos sujetos", y que "ella y sólo ella -la famosa Galleta- es la autora de comedietas como las contenidas en este libro" y sus otras producciones de variada índole, aquí no contenidas: "docenas y docenas más de extravagantes jerigonzas literarias". Sea este libro una puerta hacia ese mundo generalmente desconocido, nacido como un milagro -un grupúsculo dadaísta- "bajo el amenazante cielo de la Margen Izquierda".
Los autores de estas obras teatrales breves y fuertemente experimentales, parapetados bajo el nombre, que ya va siendo emblemático, de La Galleta del Norte, dicen que "no respetan nada, y mucho menos el teatro y la propia literatura". Afortunadamente lo hacen escribiendo muy bien y proponiéndonos un excelente teatro de vanguardia, en la línea subversiva, ya ilustre, que comenzó en Europa hace unos cien años con "Ubu Rey", pongamos como ejemplo, y que continúa con tanto talento y tanta gracia como son evidentes en estas cuatro "comedietas"

La baladilla de San Sebastián o los avatares entre una mujer vasca vendedora de frutas, verduras y flores en un mercado popular y un magrebí vendedor a su vez de relojes y alfombras por los alrededores del mismo mercado. Ambos, expertos en el arte de darle a la labia, nos venderán sus baladas, sus leyendas y sus mentiras, todo con la esperanza de romper barreras, distancias, fronteras y lenguas, para hacer frente juntos, que la unión sí que hace la fuerza, a los nuevos tiempos que se avecinan. Modernos hipermercados amenizados por lujuriosas voces que nos sugieren a través de cálidos altavoces la compra acertada, y urbes impecables limpias de oscuros vendedores de baratijas.