9788412498530
Hierro y Sangre «Una historia militar de Alemania desde 1500»
Peter H. Wilson
Editorial: Desperta Ferro Ediciones Fecha de publicación: 24/05/2023 Páginas: 928Formato: , 23,5 x 15,5 cm.
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En los libros de historia, y en nuestros museos, topamos, indefectiblemente, con la fórmula «a. C.» y «d. C.», pero como arqueólogo, naturalista, explorador y peliculero, prefiero defender que solo existen dos maneras efectivas de medir el tiempo: el antes y después de Darwin y el antes y después del Dr. Jones. Si en 1859 Charles R. Darwin publicó El origen de las especies, que revolucionó la manera de entender el pasado, en 1981 el revolucionado fui yo, cuando, con pantalón corto y acné, acudí al estreno de En busca del arca perdida para conocer a Indiana Jones y a su inseparable sombrero fedora. Así, gracias a las enseñanzas evolutivas de Mr. Darwin y al espíritu aventurero que despertó el Dr. Jones en un chaval de 12 años, supe que algún día haría realidad mi sueño: viajar por el tiempo. Hoy compagino la docencia universitaria con esa parte tan esencial como seductora de la disciplina arqueológica que es el trabajo de campo, rebosante de vivencias, ciencia y misterio. Es encasquetarse el fedora y cualquier selva, desierto, sabana u océano deviene el escenario de una epopeya donde siempre me acompaña la sombra de Indiana Jones, como advertencia de lo difícil que es seguir la luz y lo fácil que es caer en el lado oscuro del arqueólogo obsesionado por el objeto, pero también como recordatorio de la curiosidad, del sentido de maravilla y del asombro que laten detrás de la investigación científica. Bienvenidas y bienvenidos al universo de un arqueólogo nómada, un primate con sombrero, en busca perenne del Dr. Jones, sea en excavaciones en la cuna de la humanidad, correrías entre leones y serpientes, encuentros con sabias etnias lejanas, fósiles de dinosaurios, miserias y éxitos académicos o naufragios en el mar... En definitiva, periplos varios por mundos perdidos, mundos encontrados y mundos por descubrir, todo en estas páginas.
Pocas personalidades de la Antigüedad son más famosas y, sin embargo, peor comprendidas y más vilipendiadas que Cleopatra. Para el gran público, su nombre evoca a una diva enjoyada y a los destellos del brillo de Hollywood, no a una eminencia regia capaz de conducir ejércitos. Los más apenas recuerdan una nebulosa fama de bella y malvada seductora. Cleopatra hoy es más una fábula, el Oriente encarnado, que alguien que vivió en su propio espacio y tiempo, con una imagen construida a partir de maledicencias, tergiversaciones y bulos, desde Augusto hasta nuestros días, y que dice más de los miedos romanos –a la mujer poderosa, al extranjero, al otro, en definitiva–, que de la vida de quien fue la última reina de Egipto. En el libro Cleopatra. Biografía de una reina, Duane Roller atraviesa ese espejo deformado para reconstruir la vida de una líder erudita y visionaria cuyo objetivo fue siempre la preservación de su dinastía y de su reino, navegando en las turbulentas aguas de un mundo mediterráneo donde la contestación a una Roma omnímoda parecía imposible –y con mucha más inteligencia, elegancia y tacto que la mayoría de sus aliados y enemigos masculinos–. Su convincente biografía de Cleopatra VII la muestra como administradora de un Estado que llegó a abarcar desde Asia Menor hasta las fronteras egipcias con Nubia, como comandante naval que dirigió su propia flota en la malhadada batalla de Accio y como erudita y defensora de las artes, digno miembro de una estirpe, los Tolomeos, que había convertido su capital, Alejandría, en el faro cultural del mundo helenístico. Incluso sus relaciones con Julio César y Marco Antonio –origen de su reputación de pérfida seductora– fueron políticas de Estado destinadas a asegurar la preservación dinástica. Una biografía soberbia y esclarecedora de una mujer única, Cleopatra.
Guerra híbrida, guerra en la zona gris, guerra sin restricciones? hoy en día, el conflicto tradicional ?combatido con armas convencionales? se ha vuelto demasiado caro de librar, demasiado impopular en casa y demasiado difícil de gestionar, como está demostrando la guerra entre Rusia y Ucrania, abordada ya por Mark Galeotti en su anterior libro, el aclamado Las guerras de Putin. Estamos en una época en la que el mundo se encamina hacia una nueva era de conflictos permanentes de baja intensidad, a menudo soterrados, no declarados e interminables, en la que potencias, actores nacionales y otros agentes como grupos terroristas y criminales libran batallas en sordina. Este libro ofrece un estudio exhaustivo y pionero de las nuevas formas de hacer la guerra, que en muchos casos no son tan nuevas: el uso del espionaje, la propaganda, el soborno, la falsificación y la extorsión, a menudo en colaboración con el hampa, tiene muchos precedentes históricos, como describe Galeotti. Estas actividades, más allá del umbral de la guerra, no son sino aspectos permanentes y perennes del sistema internacional. Recorriendo todo el planeta, Todo es un arma muestra cómo los conflictos actuales se libran con todo tipo de medios, desde la desinformación y el espionaje hasta la delincuencia y la subversión, lo que conduce a la inestabilidad dentro de los países y a una crisis de legitimidad en todo el planeta. Pero en lugar de sugerir que cabe esperar volver a una era pasada de guerra «estable», Galeotti detalla formas de sobrevivir, adaptarse y aprovechar las oportunidades que presenta esta nueva realidad.
Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, más de seiscientos mil soldados perdieron la vida, una carnicería sin precedentes que, en términos actuales, equivaldría a seis millones de personas. La escalofriante escala de mortandad y la devastación fue tal que no solo afectó a la existencia de centenares de miles de individuos, sino que tuvo un impacto profundísimo en la vida y la psique colectiva de la nación. En el monumental y multipremiado Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, Drew Gilpin Faust, experta en la Guerra de Secesión y primera presidenta de la Universidad de Harvard, describe cómo una cultura profundamente religiosa como la estadounidense pugnó por tratar de conciliar la idea de matar al prójimo o morir por una causa que no todos compartían con su creencia en un Dios benevolente, cómo madres, padres, hermanos o hijos tuvieron que encajar la pérdida de sus seres queridos y cómo los supervivientes de esta ordalía debieron rehacer y continuar sus vidas. A lo largo de Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, escuchamos las voces de los soldados y de sus familias, de estadistas, generales, predicadores, poetas, cirujanos, enfermeras, del Norte y del Sur, que se conjugan para transmitir vívidamente cuál fue la experiencia más fundamental y ampliamente compartida de esta guerra, como lo es de todas: la muerte. Una lectura tan humana como sobrecogedora que desnuda a la guerra de cualquier romanticismo y visibiliza las profundas cicatrices que los conflictos civiles, como lo fue la Guerra de Secesión y como lo han sido tantos otros, dejan en las sociedades.
Ganador del John W. Kluge Prize for Achievement in the Study of Humanity en 2018
Ganador del Bancroft Prize en 2009
Finalista del National Book Award en 2008
Finalista del Premio Pulitzer de Historia en 2009
La capitulación de Francia ante el Tercer Reich el 24 de junio de 1940 dejó en el más absoluto desamparo a los exiliados españoles refugiados en este país tras la Guerra Civil, que se vieron obligados por el gobierno de Vichy a escoger entre los trabajos forzados, la Legión Extranjera o una repatriación que significaba la cárcel o el pelotón de ejecución. Muchos acabaron integrados en las fuerzas de la Francia Libre, y así combatieron en Narvik o en Bir Hakeim, donde, integrados en la
13.ª Media Brigada de la Legión Extranjera, resistieron el embate del Afrika Korps. Tras los desembarcos aliados en el norte de África en 1942, las autoridades de la Francia Libre crearon el Corps Franc d?Afrique para dar cabida a todos los combatientes de origen extranjero. Entre ellos, un puñado de republicanos españoles que finalmente acabarían integrados en lo que sería la 9.ª Compañía del Regimiento de Marcha del Chad, enmarcada en la 2e Division Blindée del general Leclerc, ?la Nueve?. Su epopeya los llevaría a tomar parte protagonista en la liberación de París, siendo una de las primeras fuerzas aliadas en entrar en la emblemática ciudad a las 21.22 h del 24 de agosto de 1944. Condecorada personalmente por el general De Gaulle ese mismo año, la Nueve tomaría parte en la liberación de Alsacia antes de penetrar en suelo alemán a través del Rin para internarse en Baviera, donde, como colofón a su trayectoria militar, participaría finalmente en la toma del llamado Nido del Águila, el refugio de Hitler en Berchtesgaden. La Segunda Guerra Mundial acababa, pero nacía un mito, el de la Nueve.
Índice de contenidos Diferentes versiones de una misma canción. Breve introducción al exilio español en Francia y a sus múltiples trayectorias por Guadalupe Adamez Los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial y en la Resistencia por Genevieve Dreyfus-Armand Las Fuerzas Francesas Libres y África : coloniales y extranjeros en las filas de la Francia libre por Eric Jennings De África a Normandía por Diego Gaspar La participación de la columna ?Dronne? en la liberación de Paris por Pierre Van Langhenhove De París a Berchtesgaden: una larga y penosa campaña de liberación por Robert Coale Un hombre de la Nueve: José Góngora Zubieta por Carmen Blanc La Nueve en la cultura popular por Diego Gaspar Con prólogo ilustrado de Paco Roca
Las Guerras Apaches fueron el conflicto más largo librado por Estados Unidos, que se prolongó durante un cuarto de siglo y marcó la historia del suroeste americano y el norte de México. Una tierra de frontera inhóspita y desolada, infestada de bandoleros, donde cada planta tenía una púa, cada insecto un aguijón, cada pájaro una garra y cada reptil un colmillo: la Apachería. Durante más de dos décadas, los guerreros apaches, duros como su tierra, fogueados por siglos de lucha contra los españoles, pelearon contra los intentos mexicanos y estadounidenses por acabar con su forma de vida. Su conocimiento del terreno, su movilidad y una cultura guerrera que no conocía la misericordia, les convirtieron en un enemigo terrible y formidable. Andrew Hutton relata este legendario conflicto, tan presente en el imaginario popular, tan pleno de heroísmo como de brutalidad, con un pulso que consigue trasladar la intensidad del drama y ponerse en la piel de ambos bandos, haciendo justicia a los nombres legendarios de Gerónimo, Mangas Coloradas, Cochise o Victorio. Como hilo vertebrador, Hutton revive la experiencia de individuos cuya vida discurrió a medio camino entre los dos mundos, como el legendario explorador y cazarrecompensas tuerto Micky Free o como Apache Kid, el último indio libre. Cuando el humo de la pólvora se disipó y Gerónimo se entregó, resignado a una vida en la reserva, para acabar siendo expuesto como una atracción en la Exposición Universal de San Luis en 1904, la mítica era del salvaje oeste había terminado.
Durante los siglos XVI y XVII, la Monarquía Hispánica erigió, a lo largo y ancho del globo, el mayor imperio habido hasta la fecha sobre la faz de la tierra. Un imperio forjado, a golpe de pica y arcabuz, por sus célebres tercios. Si en De Pavía a Rocroi Julio Albi analizaba magistralmente estas formidables unidades que durante siglo y medio dominaron los campos de batalla, Vidas Intrépidas nos acerca a la historia de los hombres que las componían, desde nobles de ancestrales blasones ?y otros que creían serlo? a plebeyos que no tenían qué comer, de los que alcanzaron la cúspide militar a los que nunca pasaron de soldados. Hombres que lucharon en cerrados combates, por mar y tierra, realizaron desembarcos arriesgados, fatigaron los caminos de Europa o los vericuetos de los Andes, se bambolearon en galeones, apostaron un botín a naipes grasientos y a dados trucados, se hacinaron en galeras hediondas, gastaron en perifollos lo que no tenían, naufragaron, montaron guardia en presidios perdidos, pelearon en lupanares dudosos, se amotinaron, coronaron brechas ensangrentadas, disputaron cubiertas resbaladizas, se batieron en callejones sombríos, remaron encadenados a bancos enemigos? o tuvieron la monotonía como su peor enemigo. Sus adversarios, ingleses, franceses, holandeses, incas, turcos, berberiscos y araucanos, fueron tan variados como los escenarios en los que transitaron, el Atlántico, Chile, Inglaterra, el Mediterráneo, Francia, México, Italia, Portugal, Berbería, Irlanda, Flandes. Hay, sin embargo, denominadores comunes: a ninguno, ni siquiera al más cuitado de ellos, le faltó el valor, y todos pasaron sus vidas a un paso de la gloria y de la muerte. Sería inútil buscar aquí paladines de brillante armadura; en las páginas de este libro, que desprenden perfume a bizarría y a pólvora, solo se encuentran hombres, no todos recomendables, con cuyas espadas se forjó un imperio.
Cuando Felipe II encomendó en 1567 el gobierno de los Países Bajos a Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, el experimentado militar, de sesenta años de edad, se puso en camino hacia Bruselas con un cometido claro: castigar a los rebeldes que se habían alzado contra el rey el año anterior, perseguir la herejía protestante y modernizar las finanzas del país. Alba tuvo que bregar con burgomaestres y abades díscolos, con una población que observaba con temor a los soldados españoles veteranos llegados con el duque, y con las incursiones de los mendigos del mar, piratas empleados por Guillermo de Orange, el principal líder de los rebeldes huidos al extranjero. El descontento de la población ante las políticas defensivas y fiscales de Alba se agravó por una serie de catástrofes naturales en forma de inundaciones y malas cosechas, y desembocó en 1572 en una revuelta masiva desencadenada por la conquista de la ciudad holandesa de Briel el 1 de abril de aquel año por los mendigos del mar. La rebelión se extendió con rapidez de norte a sur de los Países Bajos y enfrentó a Alba al mayor desafío con el que se había topado hasta ese momento. Fue este el verdadero inicio de la Guerra de Flandes. A la postre, aunque el duque logró derrotar a Guillermo de Orange en las provincias del sur, y aunque en una ardua campaña recuperó mucho del terreno perdido merced a la veteranía de los tercios españoles, incluida la estratégica ciudad de Haarlem tras un épico asedio de ocho meses, el ejército real no logró imponerse a los rebeldes, que lograron asentar en las provincias de Holanda y Zelanda una administración política y militar que propició el surgimiento, unos años después, de las Provincias Unidas de los Países Bajos.
La historia es de las mujeres y de los hombres, por más que la de los segundos se haya divulgado y la de las primeras escamoteado. Pioneras, 1850-1960 narra la historia del mundo contemporáneo con el foco puesto en la experiencia femenina, en un siglo en el que la mujer ha revolucionado los roles previos, cambiando profundamente su papel en la mayor parte del mundo, hasta la llegada de la segunda ola del feminismo. Revolucionario es también el acercamiento de Marina Amaral, que consigue con su maestría coloreando la añeja fotografía en blanco y negro contar las vidas y experiencias de esas mujeres tanto célebres como ordinarias, que cambiaron el mundo, ya fuese en un laboratorio o protestando en las calles, actuando sobre escenario o luchando en las trincheras, compitiendo en unas elecciones o explorando la naturaleza. Estas pioneras, con los riesgos y avatares que corrieron, con los anhelos y esperanzas que vieron cumplidos o derrotados, sembraron las semillas de un mundo que queremos igual.