9505185758
Obras Completas. 25 Vols.
SIGMUND OBRAS COMPLETAS FREUD
Editorial: Amorrortu Fecha de publicación: 01/04/2003Formato: Rústica, 22,5 x 13,5 cm.
www.paquebote.com > Amorrortu
“Así como la tarea del paciente es cambiar y la del terapeuta es ayudar a que esto ocurra, la tarea del que aprende es aprender y la del que educa es educar”, sostiene Haley en su batalla contra las corrientes que definen la terapia y la supervisión como formas de “traer a luz” lo que el paciente o el aprendiz de terapeuta “ya saben”.
Muchos conceptos fueron inventados o descubiertos por Haley y después explotados por otros y elevados a la categoría de principios explicativos o de intervención universales (es el caso de la “paradoja”). Cuando estos le han vuelto en forma de teorías omnicomprensivas, Haley las ha “deconstruido”, como lo hace en este libro, manifestando su oposición a todo lo que huela a universal, en materia de explicación o de técnica e insistiendo en que el terapeuta tenga libertad para crear soluciones específicas.
Terapia y supervisión se determinan una a otra. La terapia se debe aprender, y también es preciso aprender a enseñar. Una gran riqueza de ideas y sugerencias contiene este libro fundamental destinado a convertirse en un clásico de la psicoterapia contemporánea.
James y Melissa Griffith, guiados por una hermenéutica inspirada en ideas de Heidegger, toman como eje de su propuesta una concepción etológica del lenguaje, basándose en métodos constructivistas, lingüísticos y narrativos para el tratamiento de pacientes que presentan síntomas somáticos.
El papel de la vivencia freudiana es desempeñado aquí por historias de vida que contienen un saber envuelto en lo que dicen. Junto con las posturas emocionales a ellas ligadas, atrapan el cuerpo del sujeto sufriente. La riqueza de las técnicas de la deconstrucción de textos logra que el enfermo se narre de otra manera. Una narrativa supone una trama, personajes, un escenario, y puede ser reescrita siguiendo esas articulaciones.
El libro contiene notables ejemplos y elabora y enseña un nuevo método terapéutico para problemas mente-cuerpo. Insiste en que el paciente mismo es el autor de su historia, de la que no puede ser desapoderado por las narrativas estereotipadas de un saber científico.
En los diálogos que constituyen este libro se ofrece una visión de la terapia familiar junto a una madura auto-reflexión de los integrantes de la escuela de Palo Alto.
El discípulo, Grove, consulta a su maestro sobre casos desconcertantes que se ofrecen a su práctica. El maestro, Haley, da por supuesto un concepto de “persona” que se traduce en una preocupación constante por la sinceridad y la lealtad del terapeuta hacia su paciente, sus circunstancias individuales y sociales, marcando el íntimo entrelazamiento entre individuo y sistema.
Por otro lado, los autores nos ofrecen un cotejo con las ideas iniciales de Freud en relación a su propuesta fundante: hacer conciente lo reprimido inconciente. Producen aquí un vuelco conceptual al sostener que lo reprimido es lo no dicho en las relaciones personales que en cada caso son las que ahora valen para el paciente. El sufrimiento debe resituarse siempre en el interior de una relación social que este habita.
Siguiendo la perspectiva adoptada desde sus primeros textos, Laplanche se propone recuperar el doble descentramiento que la revolución copernicana inaugura en el psicoanálisis: la otra-cosa, eso “psíquico otro” que es el inconciente no se sostiene, en su alteridad radical, sino por la otra persona; por la implantación que el otro humano hace de su propia sexualidad reprimida. Pero esto no significa que el inconciente sea simplemente el otro implantado en mí: entre la intervención primera del otro y la creación de la otra cosa en mí, se intercala un muy complejo proceso de represión, que implica una verdadera dislocación-reconfiguración de los elementos de lo vivido.
El análisis abre el camino de las detraducciones que inauguran nuevos sentidos. La palabra, en la trasferencia, no sólo es reveladora del inconciente, sino también, y simultáneamente, portadora de nuevo sentido. De allí que la cura no sea en lo esencial traducción de guiones presentes a un guión pasado, sino descomposición de secuencias significantes presentes o pasadas en elementos, de modo de permitir al analizado proceder a una síntesis o traducción nueva, menos parcial, menos represiva, menos sintomática.
El concepto “trabajo de lo negativo” tiene su acta de nacimiento en la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel. Quizás en la elaboración que de él hace André Green se encuentre lo originalísimo de su aporte al psicoanálisis, designando aquí otra cosa que aquella de la que habla la filosofía hegeliana. Así lo muestra Green en un espléndido cotejo entre Hegel y Freud.
Lo negativo va aquí referido a la actividad psíquica misma, como negativación de un exceso: represión, identificación, sublimación; y también a la forma en que se emplea al servicio de la desorganización psíquica.
Lo negativo en la vida psíquica: Freud lo registró en los destinos de pulsión, pero, al tiempo que lo hacía, el topo de lo negativo cavaba galerías en sus propias totalizaciones teóricas; la segunda tópica supone un cambio de paradigma cuya inspiración secreta es dilucidada por André Green, quien se vale, para esta labor, de la noción de “alucinación negativa”, que viene elaborando desde sus primeros escritos.
A partir del abandono por parte de Freud de la teoría de la seducción, el retorno a una concepción puramente endógena de la sexualidad era ineluctable: el instinto anclado en la filogénesis, aunque revocado inicialmente, no cesará de visitar al pensamiento freudiano.
Laplanche señala tres momentos de este extravío:
1: La teoría del apuntalamiento, que propone una sexualidad que emerge desde la autoconservación. Sus contradicciones internas son ampliamente analizadas en este trabajo; un plano propiamente sexual en lo biológico infantil, no puede ser concebido salvo a partir de la acción del otro.
2: Con “Introducción del narcisismo” (1915), la acción del otro adulto como punto de partida de la elección de objeto sexual es incluso avizorada.
3: Pero muy rápidamente se anuncia la última teoría de las pulsiones. Bajo el comando de Eros unificador se propone un retorno mítico al instinto. La “pulsión de muerte” surge, seguramente, para mantener el conflicto.
Denunciar un extravío biologizante de Freud no implica desconocer la biología en el ser humano, sino resituarla en un lugar positivo y no ya mitológico, permitiendo investigaciones precisas sobre la forma en que los fantasmas sexuales vienen a habitar un funcionamiento biológico que la etología humana comienza a describir mejor.
En esta obra, de gran utilidad para terapeutas (cualquiera sea su orientación teórica), asistentes sociales, administradores, planificadores y estudiantes de dichas áreas, la doctora Evan Imber-Black proporciona una guía práctica para emplear la comprensión “sistémica” en la consideración tanto de los problemas que las familias plantean a los sistemas amplios como de las formas en que estos fomentan los mismos problemas que deben resolver.
Recurriendo a numerosos ejemplos de casos y extractos de entrevistas, la autora analiza el origen de los problemas que se observan con mayor frecuencia en los macrosistemas integrados por familias y sistemas amplios, propone modelos de evaluación y diferentes métodos de entrevista, planeamiento y ejecución de la intervención y, en síntesis, estrategias destinadas a mejorar la relación entre las familias y los sistemas conexos, que puede durar una parte significativa de su ciclo vital a causa de enfermedad, discapacidad o pobreza. El libro se ocupa también de la asignación de rótulos, la estigmatización y el secreto en las familias, e incluye un capítulo sobre los problemas específicos que deben enfrentar las mujeres en la familia y los sistemas amplios.
Campbell y Stanley -autores de reconocida trayectoria en la metodología de la investigación empírica- reafirman, en este volumen, su fe en la experimentación. Apoyándose en la moderna filosofía de la ciencia y guiándose por una perspectiva evolutiva, sostienen que, pese a las fallas de determinados diseños, su uso es recomendable cuando a causa de las limitaciones del contexto resulta imposible construir otros mejores. Analizan de este modo las diversas variantes de esos diseños «cuasiexperimentales», imperfectos en sí mismos pero que pueden dar origen a reales avances.
A diferencia de lo que ocurre en las ciencias físico-naturales, donde la posibilidad del fracaso ya es aceptada como una parte normal de la experimentación, en ciencias sociales aún es preciso «inculcar la expectativa del tedio y la decepción, y el deber de la constancia permanente».
«Diabluras» integra, junto con «Moradas de otra parte», los "Escritos para el psicoanálisis", obra en dos volúmenes que reúne artículos, conferencias y entrevistas de Serge Leclaire. La interrogación abarca todo cuanto define al psicoanálisis como práctica del sujeto, como método de pensamiento e incluso, definiendo postulaciones éticas, por su lugar en lo social.
La primera parte de este volumen reúne trabajos centrados en distintas configuraciones psicopatológicas, entre ellos el referido a la duda en la neurosis obsesiva, un examen de la abulia y un texto sobre la sexualidad infantil que recoge basamentos freudianos.
La segunda parte trata el tema de la psicosis, “suerte de enfermedad autoinmune al haberse vuelto antígenos palabra, habla y lenguaje constitutivos de la alquimia del hablaser”.
En la tercera parte, desarrollos sobre la participación del psicoanalista en instituciones de todo orden, psiquiátricas, organizacionales o de empresa, exponen el postulado del “ajuste colectivo de la resistencia” como única comunidad humana posible.
La cuarta y última parte está consagrada a Psy-show, programa televisivo creado y realizado por Leclaire, que alcanzó en su momento notables cifras de audiencia.