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El amante de mi madre es la historia de un amor secreto, de una traición, contada por un hijo, testigo involuntario e inocente de la destrucción de su propia madre a manos de una pasión enloquecida y callada durante toda una existencia. Pero es también la historia de los acontecimientos europeos más relevantes del siglo XX: los felices años veinte, el ascenso de los totalitarismos, la guerra y, en un lugar destacado, la música contemporánea. Clara, una bella joven de la burguesía, entrega su vida a una única pasión: su amor por Edwin. Este joven soñador sin recursos, en cambio, está poseído por una única obsesión: la música. Quiere crear una orquesta que interprete la nueva y desconocida música que los jóvenes compositores de su época están haciendo, Béla Bartók entre ellos. Aunque Clara y Edwin se enamoren, pronto tendrán reservados destinos muy diferentes: de nada sirve a veces que un amor perdure a lo largo de toda una vida...
Quan Clara coneix Edwin, a principis dels anys vint, ella és jove, bonica i rica; ell, en canvi, no és més que un jove sense diners a qui només li interessa la música. Tots dos viuen un ardent idilli, però més tard ell es casa amb una dona de fortuna i durant la guerra, ja al final de la seva vida, es converteix en un famós director d'orquestra i l'home més ric del país. Clara, arruïnada, continua estimant-lo amb una intensitat embogidora, de la qual ningú no en sap res, ni tan sols ell mateix.L'amant de la mare és la història d'un amor tràgic, narrada pel fill de la Clara, testimoni del procès d'autodestrucció de la seva mare. És també una novella sobre la música, els diners i el poder i sobre els canvis en les relacions humanes.
En su duodécimo aniversario, Karl cumple con el ritual iniciático que se practica desde hace siglos en su aldea natal en Suiza. Debe ir hasta el pueblo a pie, solo, y participar en una ceremonia en la que se le entregará el «libro blanco», un libro con páginas sin mácula donde el niño deberá volcar, día tras día durante el resto de su vida, todas sus vivencias y observaciones, y que sus descendientes sólo podrán leer después de su muerte.
Años más tarde, desde muy pequeño, el hijo de Karl observa con atención y curiosidad cómo su padre va llenando, con meticulosa caligrafía, las páginas del libro blanco. Ferviente antifascista, apasionado traductor y maestro dedicado en cuerpo y alma a los libros, Karl registra no sólo su historia personal, sino también la historia de su país en la primera mitad del siglo XX, con las grandes esperanzas y decepciones de sus habitantes, truncadas por la gran hecatombe europea. Así pues, con el paso del tiempo, el hijo espera poder acceder a un relato que, en cierto modo, forma parte de su ser, y que deberá proporcionarle claves importantes de su personalidad.
Retomando los acontecimientos y personajes de su anterior novela —la aclamada "El amante de mi madre"—, Urs Widmer ha escrito, por encima de todo, un homenaje a su padre, o más precisamente, a la figura del padre, sumergiéndose en el mar de los recuerdos familiares en busca de ese difícil equilibrio entre comprender, respetar y perdonar las debilidades de la persona llamada a guiarlo a través del complicado laberinto de la existencia.