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Entre el sufrimiento y la alegría pasamos la vida todos los humanos bajo acuciantes preguntas: ¿nacemos para sufrir o para ser felices? ¿Se puede sufrir sin perder la alegría de vivir ni la esperanza de ser felices? ¿Qué felicidad es posible en un mundo tan frágil y violento, al que la actual crisis mundial trae mucho más paro, más desesperanzas y más víctimas?
También Jesús de Nazaret vivió entre el sufrimiento y la alegría, en un mundo inhumano. ¿Cómo integró él los sufrimientos en su vida sin renunciar a su profunda alegría? ¿Y qué felicidad ofrece Jesús a sus seguidores en esta vida?
A esas preguntas responden en este libro mujeres y hombres que en sus sufrimientos y fracasos logran ser felices. Responden también personas fascinadas por la experiencia de Jesús, y el mismo Jesús responde desde su experiencia de la alegría y el sufrimiento.
Teófilo Cabestrero, (Calatayud 1931) es misionero claretiano. Estudió en Roma y en Bruselas; es doctor en Teología Pastoral, profesor y escritor; desde 1978 vive en América Latina. Entre sus últimos libros destacan: Pero la carne es débil. Antropología de las tentaciones de Jesús y de nuestras tentaciones (2007); ¿A qué Jesús seguimos? (2004); El Dios de los imperfectos (2003); ¿Victoria de los vencidos? Latinoamérica en el siglo XXI (2002).
Las tentaciones son una experiencia universal propia de nuestra condición humana. En la vida y en la muerte de Jesús de Nazaret, y en la existencia humana de todas las personas, los colectivos y los pueblos, las tentaciones son algo muy serio y cotidiano que la crisis del lenguaje religioso tradicional está borrando de las conciencias.La antropología nos hace ver con realismo humano las tentaciones de Jesús y nuestras tentaciones. Lo evidencia este pequeño libro, que ofrece buenas pistas para entender y vivir las tentaciones positivamente, como ocasiones de crecimiento humano y cristiano.
Teófilo Cabestrero, doctor en teología y escritor, es misionero claretiano y lleva 30 años en Latinoamérica. Reside en Guatemala. Sus últimos libros son: ¿A qué Jesús seguimos? Del esplendor de su verdadera imagen al peligro de las imágenes falsas (2004, en esta misma colección); El Dios de los imperfectos. Reciclar nuestras vidas en la novedad de Jesús (2003); ¿Se entienden nuestras homilías? Necesidad de un lenguaje más comunicativo (2003); ¿Victoria de los vencidos? Latinoamérica en el siglo XXI (2002).
COLECCIÓN CAMINOS
Los procesos abiertos en las frágiles democracias latinoamericanas son irreversibles. Hay que apuntar también a la superación de la lógica fratricida que divide a los hermanos en vencedores y en vencidos.
Sin embargo, el aumento de la pobreza y la miseria, las hirientes desigualdades, el déficit de viviendas dignas, de educación, de salud; la desnutrición, las epidemias y la hambruna, la desocupación, los niños y los jóvenes de la calle; el despojo del patrimonio nacional y la esclavitud de la deuda externa son evidencias y espejos donde se multiplica la visión del fracaso y la derrota del actual orden económico neoliberal globalizado, supuestamente vencedor.
La luz que la fe cristiana proyecta sobre las situaciones de Latinoamérica en los comienzos de este siglo XXI es la luz del compromiso con la misericordia y la justicia, para rehumanizar a la humanidad según el proyecto del Reino del Dios de Jesús.
“No entiendo lo que dice el cura en la homilía”. Constatación mayoritaria en diversas encuestas realizadas en España y América Latina. En este libro, el claretiano Teófilo Cabestrero intenta dar respuesta a este reto: ¿cómo conseguir que nuestras homilías se entiendan mejor, consigan un lenguaje comunicativo? Con sencillez y concreción se ofrecen pistas y sugerencias para mejorar en esta tarea.
"Nadie es perfecto", se dice con razón. Pero todos nosotros hemos sido educados, en la familia, en la escuela, en los ambientes deportivos o de Iglesia, para ser perfectos. Pero los ideales de perfección a los que se ve empujada nuestra sociedad pueden resultar muchas veces destructivos. Redescubrir el mensaje de Jesús puede ser muy liberador en estos comienzos del siglo XXI. Jesús reveló el rostro tremendamente humano del Dios de los imperfectos, un Dios cercano y entrañable que, con su amor singular, genera en nosotros la más sana autoestima.