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Julio de 1929. John, «oscuro profesor en una de las universidades de la ciudad», vuelve en tren a la casa familiar, al pueblo que dejara hace años. En la estación lo esperan su madre y su hermano Lee, que muy pronto lo pondrán al día: el pueblo, su pueblo, el lugar del silencio y la paz, del viento en las calles, de los sonidos de la noche, está a punto de convertirse en una «gran ciudad». Todos, incluso su familia, viven embriagados por la fiebre del boom inmobiliario, de la especulación, que ha sustituido en todo el país a la antigua fiebre del oro: comprar barato, vender caro, volver a comprar, y empezar de nuevo.
Los mejores lugares del pueblo han sido mutilados, incluso ha sido invadida la hermosa colina verde, con lechos de flores y madreselvas, en cuya cima se alzaba un inmenso y laberíntico hotel de madera, símbolo de otra época para John. Un ejército de hombres y palas ha abierto nuevas calles y levantado tiendas y talleres y edificios de oficinas y aparcamientos. Todo nuevo, brillante, pero… inestable.
Esta extraordinaria novela corta de Thomas Wolfe no sólo nos habla de la vida en los Estados Unidos previa a la Depresión de los años 30, sino de nuestro propio presente, como si estuviéramos ante un espejo en medio de una pesadilla, y lo hace con tanta exactitud que nos produce escalofríos: ¿un escritor de otro tiempo que se pasea por las urbanizaciones a medio construir de nuestras ciudades?
«La obra de Wolfe gira entre el desgarro y la nostalgia; entre la sensualidad y una exasperada y vehemente imaginación; entre el lirismo exaltado y la torturada densidad; entre el exilio permanente y el desarraigo o unión imposible a una tierra aparentemente infinita, la americana.» (Mercedes Monmany, ABC).
• Thomas Wolfe nació en Asheville en 1900 y murió en Baltimore a los treinta y ocho años, víctima de la tuberculosis. Considerado como uno de los más importantes narradores norteamericanos de la primera mitad del siglo XX, y admirado por sus coetáneos: de William Faulkner —quien dijo de él que era el mejor escritor de su generación— a Sinclair Lewis —que incluso lo citó en su discurso de recepción del Premio Nobel—, su novela El ángel que nos mira (1929) obtuvo gran resonancia en su país y en buena parte de Europa. Le siguieron otras obras de igual envergadura, como Del tiempo y el río (1935) o las póstumas The Web and the Rock (1939) y You Can’t Go Home Again (1940). Wolfe es recordado especialmente por sus piezas maestras en formato breve, como Una puerta que nunca encontré (1933), que tuvo varias versiones en revistas y libros, y El niño perdido (1937, publicada en español por la editorial Periférica en 2011).
• Traducción de Juan Sebastián Cárdenas