Se agrupa en este volumen un considerable conjunto de poemas que se hallaban dispersos en revistas, álbumes, almanaques... y prensa, además de los poemarios publicados en libro. Resulta de ello una muestra muy amplia de la lírica de una poeta que ha ido evolucionando desde el neorromanticismo de sus años de juventud hasta el realismo y naturalismo de su madurez, aunque sean a menudo los matices de la indagación metafísica los que doten a su voz de intensa personalidad.
Rara vez, como en sus escritos de prosa, se muestra autora de superficie, convergen en ella clasicismo y modernidad, meditación e ímpetu, razón y utopía.
El apartado de "Varia", un polifacético registro de textos en prosa, da cuenta de la vida intensa y rica de Rosario de Acuña: cartas y documentos pintorescos o emotivos, trascendentes o anecdóticos, que rebelan una mirada nunca ensimismada; entre ellos, destaca sin duda, emocionante, su testamento ológrafo. En él revisa lúcida su nada convencional pasado vital y plasma la expresión de su amor a un futuro sin ella, escrito en un puñado de deseos dejados al cumplimiento de sus herederos afectivos y universales. Sus palabras no parecen gastadas por el tiempo o las derrotas y levantan, una vez más, el afecto de la mujer generosa y el de la escritora que no pierde la esperanza.

Edición de José Bolado.
En el presente volumen se recogen los artículos publicados en prensa desde 1885 hasta 1923. Entre ellos, los escritos en tres lugares que representan etapas diferenciadas en la vida de la escritora: así los firmados en Madrid (y Pinto) para "Las Dominicales del Libre Pensamiento", y luego reproducidos en "La Luz del Porvenir", como "A las mujeres del siglo XIX", "Dinero a Roma", etc; en Santander (Cueto) publicados en "La Voz del Pueblo" y sobre todo, en "El Cantábrico", de la ciudad montañesa, en el que aparece la larga serie "Conversaciones femeninas" y los pertenecientes al último periodo de su vida, en Gijón, que se distribuyen entre diarios como "El Noroeste", los periódicos obreros "La Aurora Social", "El Socialista", y el feminista barcelonés "El Gladiador del Libre Pensamiento", entre otros muchos.
Del último periodo destacan algunos por su extraordinaria belleza compositiva, entre ellos, "La gaita del emigrante", "Un recuerdo de mis quince años", el divertido "Yo, en la Academia" o la emotiva "Carta a un soldado español..." que incorporamos en este volumen por formar con "Una ofrenda a la memoria de Emilio Corral Díaz", un conjunto nacido al hilo de las mismas circunstancias.

Edición de José Bolado.
Rosario de Acuña escribe en su famoso testamento ológrafo, firmado en Santander en febrero de 1907, una petición principal: que a su muerte sus herederos recogieran sus textos y los ordenaran en sentido cronológico, para que pudiera observarse la evolución de su arte y pensamiento. Cien años después se inicia la publicación de su obra, hasta ahora la Historia no lo había hecho posible.
Este primer volumen de las "Obras reunidas" va precedido por el estudio que José Bolado ha realizado sobre la vida y obra de Rosario de Acuña. Se trata de una aproximación documentada que ha exigido la consulta de numerosas fuentes; como resultado se establecen algunas rectificaciones de datos e informaciones biográficas que la tradición había sostenido. Por otro lado, facilita el acceso de todos los textos encontrados, dispersos en prensa y revistas.
Los artículos de Acuña publicados en prensa y revistas, ordenados cronológicamente, se reúnen en los dos primeros volúmenes. Entre ellos hay algunos de significativa importancia, como la serie "En el campo", "A las mujeres del siglo XIX", o la carta-artículo de adhesión a "Las Dominicales del Libre Pensamiento".

En este volumen el lector podrá acercarse a alguno de los más significativos textos de Acuña. Entre los cuentos que continúan la muestra contenida en el tomo anterior, se encuentra la celebrada La casa de muñecas (1888), alegoría sobre el modelo de enseñanza que la escritora defendía para conseguir que el niño y la niña, superando las barreras ancestrales del prejuicio y la opresión, se sintieran compañeros en la aventura de la vida.
Del interesante y variado conjunto de cartas destaca, por su capacidad analítica y por la fuerza descriptiva, la conocida como "Valiosísima adhesión" (1884) al semanario "Las Dominicales del Libre Pensamiento". La autora expone las razones y los sentimientos que la acompañaron al tomar aquella decisión trascendental, pues así fue su apoyo público a un periódico librepensador, republicano y excomulgado.
Respecto al teatro, se muestra por primera vez reunido en un solo volumen. Además de sus obras más significativas, "Rienzi el tribuno" y "El padre Juan", un conjunto de dramas recrean la historia e interpretan a la mujer, con una libertad que no siempre entendieron sus contemporáneos. Para ella lo verosímil escénico ya no correspondía con la domesticidad ni la aquiescencia.

En 1907 Rosario de Acuña pedía en su testamento ológrafo que sus herederos reunieran sus textos y los ordenaran cronológicamente, para que pudiera observarse así la evolución de su arte y su pensamiento. Ha tenido que pasar un siglo para que el deseo de esta prolífica escritora se viese realizado, con la publicación en 2007 de los dos primeros tomos de estas "Obras Reunidas", que recogen los artículos publicados en prensa entre 1881 y 1923. Un año después ve la luz este tercer tomo, dedicado íntegramente a prosa: setenta y cuatro documentos -fechados desde 1870, cuando la autora tenía solo veinte años-, entre los que el lector podrá encontrar cuentos, discursos y gran variedad de artículos a medio camino entre el ensayo, la narración, el diario íntimo y el cuadro de costumbres.
Resultado de la ardua investigación de José Bolado en varios archivos nacionales, los escritos de Rosario de Acuña han sido rescatados del olvido de periódicos madrileños como "La Mesa Revuelta", "El Liberal" y "Las Dominicales del Libre Pensamiento", barceloneses como "El Gladiador del Librepensamiento" y "La Luz del Porvenir", el santanderino "El Cantábrico" o el gijonés "El Noroeste", de los que Acuña era colaboradora habitual. Otros han sido rescatados de recopilaciones como "Tiempo perdido" (1881), "La siesta" (1882), "Cuentos y versos" o "Rosario de Acuña en la escuela" (1933), esta última publicada trece años después de su muerte por su amiga Regina Lamo, y concebida como libro escolar de lectura. El lector también encontrará conferencias y discursos pronunciados por Rosario de Acuña entre 1888 y 1917 en foros como el Fomento de las Artes de Madrid, el Centro Obrero de Santander o el Ateneo-Casino Obrero de Gijón.

Rosario de Acuña y Villanueva nace en Madrid, el 1 de noviembre de 1850. Sus estudios, muy amplios, los realiza fundamentalmente en la casa familiar. Su padre, don Félix de Acuña y Solís, tutela su educación. Desde la adolescencia escribe versos, pero, sobre todo, lee y viaja. En 1876 estrena con éxito su primera obra dramática, Rienzi el tribuno, en el teatro del Circo, de Madrid.
En la primavera de 1884 interviene en el Ateneo de Madrid, en una velada poética. Es la primera mujer que lo hace y el hecho tiene repercusión pública. Es entonces ya una escritora muy conocida, que ha publicado libros de prosa, teatro y lírica, y colabora con frecuencia en los principales diarios y revistas españoles. En 1886 es iniciada en una logia de adopción masónica, la Constante Alona de Alicante, con el nombre simbólico de Hipatia, que, en algunas ocasiones, utilizará como firma literaria. El padre Juan, que estrena en el teatro de La Alhambra, de Madrid, en 1891, la enfrenta con la autoridad gubernativa, que suspende las funciones. Como mujer de teatro ella misma había producido y dirigido la obra.
Sus convicciones republicanas, su apasionada defensa de la libertad, del humanismo, y de modo especial sus esfuerzos a favor de los derechos civiles de las mujeres, marcaron de adversidades su vida. Un artículo satírico, condenatorio de las actitudes machistas de un grupo de estudiantes que insultan a mujeres universitarias, a fines de 1911, la enfrenta a la sociedad conservadora. Tiene que huir a Portugal.
La biografía de Rosario de Acuña es un apasionante itinerario de éxitos y fracasos, de encumbramiento social y declive, de experiencias como mujer y como escritora a la vanguardia del siglo. Su lema era la libertad, y por ella, y con ella, escribía y actuaba, conformando, a veces en soledad, un relato vital extraordinario y una escritura rigurosa y valiente. Muere el Gijón, el 5 de mayo de 1923, en una casa humilde que era atalaya sobre la mar y los valles de la ciudad.