Todos queremos entender el mundo de hoy. Hay en él cosas que no nos gustan, y que querríamos cambiar. Este libro reflexiona sobre ellas, de manera espistolar. De algún modo, todos somos jóvenes y también estudiantes, dispuestos a descifrar el mundo que nos ha tocado vivir. Tal vez no logremos entenderlo, pero avanzaremos algo más en su comprensión.

La historia de Benjamín podría ser la de cualquiera de nosotros: un muchacho corriente, dedicado a un trabajo humilde y repetitivo, marcado por los dolores y las alegrías normales en cualquier vida ordinaria. Pero junto a todo esto Benjamín tiene una característica que lo hace especial: sabe mirar, y por ese motivo se abre a la posibilidad de un encuentro cargado de significado y que marcará de manera definitiva toda su existencia. Vivió en Nazareth, hace cosa de dos mil años, pero también podría estar en este momento entre nosotros, o incluso cualquiera podríamos ser él, porque la posibilidad de que dicho encuentro se siga produciendo permanece completamente abierta. Eso sí, hoy como entonces la única condición para que se realice es abrir los ojos para mirar y ser mirado en reciprocidad. Eso es lo que propone Ricardo Yepes en estas páginas: si bien no se trata de un escrito filosófico, sí está lleno de sabiduría; si bien no es lo que se entiende por un libro de pensamiento, sí te hará pensar.

Entender el mundo de hoy es algo que todos quisiéramos poder hacer. Hay demasiados asuntos en él que no nos gustan, que no comprendemos o que querríamos cambiar. Este libro es una reflexión sencilla, asequible, alejada del rigor de los ensayos al uso y redactada en forma de cartas a un joven estudiante. Se centra en aspectos fundamentales del mundo en el que vivimos, aspectos que no debemos renunciar a entender y también en las vivencias menudas pero ilustrativas de nuestra cultura. Ricardo Yepes Stork, Doctor en Filosofía, Profesor de la Universidad Complutense y de la Universidad de Navarra, Director de la revista Atlántida, encontró la muerte a los cuarenta y tres años en el Pirineo aragonés, mientras disfrutaba de su afición favorita: buscar las cumbres.