En los textos que componen este libro, Pierre Bourdieu analiza minuciosamente las reglas que configuran, en cada campo de producción cultural, qué se considera valioso y qué no, y cuáles son los procesos y los agentes que conducen a la consagración de un artista o una obra, o a su olvido. Así, se ocupa de describir el sistema de jerarquías y de luchas por la distinción que opera en el ámbito de las editoriales, el teatro, las galerías de arte y los museos. A través de nociones como “campo”, “capital simbólico”, “habitus”, “illusio”, Bourdieu demuestra que las disposiciones y los actos considerados más individuales y más libres –por ejemplo, los gustos literarios y musicales– están atravesados por la lógica social que determina la legitimidad de ciertas formas artísticas y el carácter herético de otras.

El corazón de la disciplina sociológica encierra un conflicto: por unlado, su ambición generalizadora, por otro, la tentación de volver alas situaciones concretas en las que encuentra sus materialesemp¡ricos. ¿Y cómo estudiar una realidad social sin perder de vista al individuo? No basta con la mera contemplación de la primera, comoalgo que se presenta ante nuestros ojos, por el contrario, la realidad social hay que reconstruirla desde la óptica de la teor¡a. Sólo as¡el sociólogo podr  enfrentarse a la realidad para dar cuenta de ella.Tal es el genuino «oficio» del sociólogo, convertir en habitus lateor¡a de la construcción sociológica, volver expl¡citos los supuestos desde los que conocer. Para ello es preciso recorrer la tradiciónsociológica, rastreando los h bitos intelectuales, los procedimientos… la esencia del m‚todo y, por tanto, del quehacer del sociólogo.Obra cl sica de referencia, El oficio de sociólogo ha inspirado ageneraciones de cient¡ficos sociales a «pensar sociológicamente» y areflexionar sobre la naturaleza de su disciplina.Si, como es sabido,el an lisis cr¡tico de los aspectos epistemológicos y metodológicos de la ciencia es lo que nos permite colocarnos frente a la realidad para dar cuenta de ella, en ninguna parte como en "El oficio de sociólogo" se ha llevado a cabo, de manera tan lograda, este an lisis cr¡tico.