9788492884520
DEL SEÑORIO DE REALENGO AL PATRIMONIO NACIONAL
PAU ANTONIO
Editorial: REGISTRO Y NOTARIADO Fecha de publicación: 28/03/2014Formato: Rústica
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La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos atribuye a la inscripción de los arrendamientos en el Registro de la Propiedad la función de «reforzar las garantías de las partes» (Preámbulo), y exige esa inscripción para que el arrendamiento sea oponible frente a los adquirentes del inmueble (arts. 13, 14 y 29). Además, la confianza en el Registro hace que el arrendamiento adquirido de un titular aparente sea protegido por la ley (art. 13.3). Pero la protección que el Registro proporciona al arrendamiento urbano inscrito es mayor que la que deriva de la LAU. Todos los efectos derivados de las inscripciones registrales son aplicables al arrendamiento, por lo que, al acceder este derecho al Registro, su prueba se ve facilitada por diversas presunciones, su defensa procesal dispone de un cauce más rápido… En el presente estudio se examinan los efectos protectores que derivan del Registro de la Propiedad en favor del arrendamiento inscrito, y en favor, también, de diversas facultades que derivan de él: el derecho de adquisición preferente, el derecho a la prórroga, los derechos de subarriendo, cesión y subrogación, y el derecho a hipotecar el arrendamiento. En el último capítulo se analiza la protección que el Registro dispensa a los arrendamientos pactados por el plazo mínimo previsto por la LAU (cinco años), a los arrendamientos de viviendas suntuarias y a los arrendamientos excluidos de su ámbito (los enumerados en el art. 5.).
El tango no es una música local e histórica, sino universal y viva. Hoy se componen, cantan y bailan tangos en todas las latitudes del mundo. ¿Cuál es el encanto del tango? Sus melodías desgarradas y rotundas, los dramas amorosos que se cuentan en tres estrofas, los sonidos casi humanos del bandoneón, las voces incomparables de sus intérpretes... En este libro se habla de la música y la poesía del tango, pero también de sus ciudades, su idioma, su historia, sus intérpretes y sus compositores, desde los músicos callejeros que lo inventaron hasta Albéniz, Strawinsky, Satie, Milhaud y Kurt Weill, que escribieron también bellísimas partituras de tangos.
El jardín de Madrid de mayor significación literaria está en la calle Príncipe de Vergara, cerrado, y casi oculto, por una tapia de ladrillo y hierro. Solo las copas de algunas acacias y castaños revelan exteriormente su existencia. Este jardín estuvo al fondo de la vida de Juan Ramón Jiménez y es el paisaje que asoma en las páginas de varios de sus libros.
En su primera juventud, Juan Ramón vivió a un lado del jardín; fueron los años en que se instaló en el Sanatorio del Rosario ?del Retraído lo llamó el poeta, refiriéndose a sí mismo?. En su madurez vivió al otro lado del jardín, en la calle Padilla, en una casa con azotea en la que compuso una gran parte de su obra poética.
En este libro se exponen esas dos etapas de la vida de Juan Ramón Jiménez. Al fondo de las dos, tras las ventanas del poeta, se alza la frondosa vegetación del jardín, y el jardín aparece en las conversaciones, las reflexiones y los versos.