El agua se engalana como para un funeral con esta luz mortuoria, que me recuerda la tez de espectro de Rita Quiñones; y de entre las praderías de algas, donde ondulan vegetaciones de pesadilla, una forma se alza, semejante a una de esas vislumbres que tiemblan al movimiento de las múltiples capas de agua, y cuyas líneas se disuelven, entre las gasas trémulas y fingidas, velo de los abismos. El que ve surgir una de esas apariciones inciertas y borrosas, hijas del consorcio de la fantasía con lo real, nunca deja de atribuir a la visión forma femenina. Cree discernir, fugitivos en su diseño, los brazos que han de enlazarle, el cabello donde se ha de enredar, la boca que han de envenerar la suya, el flexuoso torso que se pegará a su pecho. La mayoría de los hombres hace surgir de la oscura profundidad el amor. Mi visión, confusamente alumbrada por la fosforescencia de las ondas, es de muerte, y su boca, al acercarse a mi boca, la cuajaría en eterno hielo...

La vasta producción de Pardo Bazán abarca todos los géneros, desde la novela y el cuento hasta la poesía, los libros de viajes y las biografías. De entre todo ello lo que mejor ha aguantado el paso del tiempo son, sin duda, sus cuentos: insólitos, turbadores y traspasados de una modernidad inquietante, fue en ellos donde la condesa de Pardo Bazán brilló con más intensidad y virtuosismo. Con este volumen presentamos una cuidada selección a cargo de Eva Acosta, biógrafa de la condesa y una de las grandes especialistas en la obra de la escritora.

Publicada en 1887, La Madre Naturaleza es el relato de una atracción incestuosa, un proceso natural condenado por la sociedad: el enfrentamiento entre naturaleza y cultura, expresado como la fuerza irresistible del amor que sienten dos seres –Perucho y su hermanastra Manuela– que acaban sucumbiendo a los impulsos naturales.
Brillante continuación de Los Pazos de Ulloa, con esta novela Emilia Pardo Bazán consigue uno de los ejemplos más ortodoxos del naturalismo en España, en una novela que invoca a la cultura, a la religión y al naturalismo cristiano frente al imperio de la naturaleza, desordenada y sin control. Ermitas Penas, editora de este volumen, pone al alcance del lector un texto perfectamente editado y anotado para una mejor lectura y comprensión.