«El castillo en el bosque es una obra de ficción enteramente basada en una historia real», advierte Norman Mailer, quien aborda en esta controvertida novela la infancia y primera juventud de una de las figuras más enigmáticas y aterradoras de la historia reciente: Adolf Hitler. Dieter, agente de las SS, Sección Especial IV-2.ª, emprende la redacción de una novela sobre los orígenes de Adolf Hitler («estoy en condiciones de escribir sobre su infancia con una confianza que no poseería ningún biógrafo convencional», nos dice). Este misterioso agente es elegido por Heinrich Himmler para investigar qué hay de cierto tras las acusaciones según las cuales el abuelo de Adolf era judío. El resultado de sus pesquisas es inequívoco: no hay sangre judía en su familia. Sí confirma, en cambio, su origen doblemente incestuoso (lo cual no deja de ser para Himmler, obsesionado con el estudio del incesto, una prueba de la grandeza de su Führer). Bien lo sabe Dieter, pues estuvo presente en su concepción: «Así como el ángel Gabriel sirvió a Jehová una noche trascendental en Nazaret, así también yo estuve allí con el Maligno en la concepción de aquella noche de julio... Sí, yo estuve allí, un oficial de rango en el mejor servicio de inteligencia que jamás ha existido», nos dice. Posteriormente seguiría de cerca su evolución y guiaría en la sombra su iniciación a la vida. En realidad este narrador es un oficial del Maligno y Adolf Hitler un eslabón más en el eterno conflicto entre Satanás y Dios. A través de sus ojos, Mailer nos ofrece un provocador retrato de la disfuncional familia Hitler y de las peculiares obsesiones del joven Adolf. Tras haber escrito acerca de figuras clave como Marilyn Monroe, Lee Harvey Oswald, Picasso, Muhammad Ali o Jesucristo, el norteamericano Norman Mailer, uno de los principales observadores (y agitadores) culturales contemporáneos, lleva a cabo en El castillo en el bosque el que seguramente es su mayor desafío literario hasta la fecha.

Con una planta digna de un actor de Hollywood, un entusiasmo infinito y una presencia mediática hipnótica, John F. Kennedy estaba llamado a despertar la ilusión de los más de 70 millones de estadounidenses que aquella noche vieron el primer debate presidencial televisado. Unos días después de derrotar a Richard Nixon en las elecciones más reñidas de la historia, el propio Kennedy dijo: “Este vuelco inesperado se debe sobre todo a la televisión”.

Sin embargo, había alguien que discrepaba al respecto: el escritor Norman Mailer, que se jactó de haber “vuelto las tornas en favor de Kennedy” gracias a su artículo Superman Comes to the Supermarket (Superman va al supermercado). Este reportaje, publicado en la revista Esquire pocas semanas antes de las elecciones, redefinió la crónica política mediante la voz sincera, en primera persona, de Mailer, que se refería a Kennedy como el “héroe existencial” capaz de despertar a la nación del sopor de la posguerra y del conformismo imperante durante el gobierno de Eisenhower. Kennedy y el nuevo periodismo habían entrado en escena.

Para conmemorar el centenario del nacimiento de Kennedy, TASCHEN presenta este retrato sin censura del político en su camino hacia la Casa Blanca, ilustrado con 300 fotografías que devolverán a la actualidad la campaña y a la familia del candidato. Las imágenes fueron tomadas por algunos de los fotoperiodistas más prestigiosos de la época, como Cornell Capa, Henri Dauman, Jacques Lowe, Lawrence Schiller, Paul Schutzer, Stanley Tretick, Hank Walker y Garry Winogrand, y componen un retrato visual y literario fascinante del hombre que bautizó la década de 1960 como “un tiempo para la grandeza”.

photo above © Stan Wayman/The Life Picture Collection/Getty Images

Con una planta digna de un actor de Hollywood, un entusiasmo infinito y una presencia mediática hipnótica, John F. Kennedy estaba llamado a despertar la ilusión de los más de 70 millones de estadounidenses que aquella noche vieron el primer debate presidencial televisado. Unos días después de derrotar a Richard Nixon en las elecciones más reñidas de la historia, el propio Kennedy dijo: «Este vuelco inesperado se debe sobre todo a la televisión».

Sin embargo, había alguien que discrepaba al respecto: el escritor Norman Mailer, quien se jactaba de que la apuesta por el nuevo candidato en su tratado «Supermán va al supermercado» «había vuelto las tornas en favor de Kennedy». El artículo que la revista Esquire publicó unas semanas antes de las elecciones redefinió la crónica política y el propio periodismo mediante la voz en primera persona de Mailer, sincera e irreverente, que tildaba a Kennedy de «héroe existencial» capaz de despertar a la nación del sopor de la posguerra y del conformismo imperante durante el gobierno de Eisenhower. Tanto Kennedy como el nuevo periodismo habían hecho acto de presencia.

Hoy, TASCHEN ha recreado e interpretado este retrato sin censura de Kennedy en su camino hacia la Casa Blanca. La publicación del reportaje de Mailer en formato libro se ilustra con más de 300 fotografías que devolverán a la actualidad la campaña así como a la familia del candidato. Dichas imágenes fueron captadas por algunos de los prestigiosos fotoperiodistas de la época (Cornell Capa, Henri Dauman, Jacques Lowe, Lawrence Schiller, Paul Schutzer, Stanley Tretick, Hank Walker y Garry Winogrand), y el resultado es un retrato fascinante del hombre que bautizó la década de 1960 como «un tiempo de grandeza».