978-84-1068-080-7
Des-conociendo
Luis Mezquita
Editorial: LETRAME Fecha de publicación: 01/03/2024 Páginas: 126Formato: Rústica
www.paquebote.com > Mezquita
¿Existe el cambio climático? ¿Hasta qué punto son responsabilidad del Ser Humano las actuales transformaciones ambientales de las que algunos dan testimonio con alarmismo? ¿Ha habido otros cambios climáticos en la Historia de la Tierra en las que no había humanos?
El autor desentraña algunos de los aspectos más polémicos del cambio climático, como la razón por la que se critica la política económica e industrial de los países avanzados pero no la de las potencias emergentes como China o India, las más contaminantes del planeta, o afirmaciones arriesgadas como el mito de la despoblación del ámbito rural, un fenómeno global que afecta a países ricos y pobres sin distinción. ¿Por qué se ataca la energía nuclear cuando es la fuente más limpia? Éstas y otras preguntas intentan ser respondidas en este interesante libro que nos ofrece un autor muy vinculado a los movimientos asociativos ecologistas y preservacionistas, que apuesta aquí por una revisión crítica y rigurosa a los planteamientos vigentes de la corrección política y mediática actuales.
A la entrada del bosque de Valorio hay un aparcamiento marcado con viejas traviesas del ferrocarril, se accede por un puente de barandilla de hierro, cruzándolo, a pocos metros, había una fuente de dos caños y en la parte opuesta un pilón.
Los vecinos llenaban en la fuente sus botijos, y calmaba la sed de los que se acercaban sedientos. El tubo del caño tenía un taladro en la parte superior, tapando la boca del caño con una mano salía un chorrito vertical. El pilón era el abrevadero donde en tiempos los campesinos que venían de los pueblos cercanos con sus caballerías. El agua fluía constantemente y por un rebosadero lateral del pilón se vertía al suelo y el agua se abría camino permanente hasta el arroyo cercano. Sobre el murete del lado del pilón había un escudo. La imagen era un puente?
Era una mañana animada, la gente iba y venía o permanecían allí retenidos porque no tenían prisa, encuentros entre conocidos, la gente iba y venía. Dejé el coche aparcado y le dije ?buenos días? al dueño del que estaba aparcado a mi lado. Un señor mayor que yo, tardó unos instantes en reaccionar, me dijo que le disculpara, ?soy un poco sordo?. Empezamos a hablar y me contó su interés por la mecánica y, de forma general, por los ingenios humanos. Y lo hizo extensivo a todas las manifestaciones del ingenio y el talento de los humanos. Me contó un caso que le había sucedido en una ciudad portuaria del norte. Un día llevó a un familiar para enseñarle un gran barco que había atracado, un crucero. Me contó que le había respondido en forma de reproche: ?¡Y para esto me has traído hasta aquí!?