La percepción que tenemos de nosotros mismos como especie, y por extensión la interpretación del fenómeno de la vida en este planeta, condiciona profundamente nuestra vida y nuestra convivencia. En nuestra sociedad la proyectamos desde una teoría científica fuertemente basada en conceptos como el azar y la competencia, que además está en apariencia firmemente asentada y sólidamente fundamentada. Pero vivimos tiempos de crisis, en los que todo lo que antaño parecía firme y estable hoy tiembla como un castillo de naipes…
Maurício Abdalla, autor de El principio de cooperación (2002), se topó inesperadamente con el darwinismo como un obstáculo cuando trató de defender su teoría de la cooperación. Inició entonces un trabajo de investigación que, como él admite, acabó alejándole de sus ideas preconcebidas. Su intuición inicial fue que el darwinismo podía ser un paradigma válido para el estudio de la evolución de los seres vivos, pero quizás no para las ciencias sociales. Sin embargo lo que descubrió fueron síntomas de una gran inestabilidad latente del paradigma en el propio seno de la biología. Como resultado nació este libro, donde nos presenta una pequeña muestra de propuestas científicas completamente diferentes para abordar el fenómeno de la evolución y la realidad de la vida orgánica, basadas en la acumulación de evidencias y hallazgos experimentales inexistentes en el momento en que se formularon las bases teóricas que conforman la biología darwinista que conocemos hoy.
No obstante, no nos encontramos ante una mera colección de reseñas de obras científicas, ni ante una de esas “opiniones de experto” como a las que habitualmente tenemos acceso en los medios o los libros de texto. Este trabajo es una evaluación rigurosa, con una metodología clara y accesible, del estado de salud de un paradigma científico, elaborado con mimo y detalle por un filósofo de las ciencias.

Corre el año 2009. Se celebra el bicentenario de Darwin con una gran pompa mediática, y, como ocurre a menudo, lo que llega al público es sólo una parte de la historia. Apenas nadie sabe siquiera de la existencia de otras aproximaciones científicas al fenómeno de la evolución, basadas en datos, observaciones, y descubrimientos acumulados a lo largo de dos siglos de investigación; gran parte de los cuales son incompatibles, o cuando menos poco consistentes, con la hipótesis de que la llamada “Selección Natural” es responsable de la generación de la diversidad de formas y funciones orgánicas que conocemos.
Así, muy lejos de que este apasionante debate científico salga a la luz, la prensa y las pantallas se ven inundadas de un absurdo diálogo de besugos entre darwinistas y creacionistas, importado, como tantas cosas en la industria del entretenimiento, de EE UU. Una vez más la confusión, el error fatal al que nos inducen los medios es el de confundir una pequeña muestra seleccionada de la realidad con el cuadro o perspectiva general. ¿Cuál es la trama que se esconde detrás de todo esto? ¿Por qué se da esta situación? ¿Qué consecuencias tiene en nuestra sociedad y en nuestra vida? En este libro se encuentran las respuestas de tres investigadores profundamente implicados en la parte de la historia que no se conoce.
Maurício Abdalla Guerrieri es profesor de Filosofía de las Ciencias en la Universidade Federal do Espíritu Santo, además de educador popular en los movimientos sociales de Brasil. Comenzó a investigar en profundidad sobre tendencias en teoría evolutiva a raíz del estudio que realizó para su primera obra publicada El principio de cooperación: en busca de una nueva racionalidad, actualmente traducida al español. Además de varios libros, es autor de La crisis latente del darwinismo, originalmente un artículo para una revista de ciencias y humanidades, que pronto verá la luz en forma de libro en nuestro país.

Guillermo Agudelo Murguía, ingeniero civil por la Universidad Nacional Autónoma de México y director del Instituto de Investigación sobre la Evolución Humana A.C., investiga sobre la evolución y su relación con las ciencias emergentes de la complejidad, la dinámica no lineal, la autoorganización en los estados críticos y la nueva termodinámica de Ilya Prigogine. Es coautor de los libros El universo sensible y Evolución: Un nuevo paradigma.

Por último, Máximo Sandín Domínguez, es biólogo y profesor de Evolución Humana en la Universidad Autónoma de Madrid. En varios de sus artículos, recopilados en el libro Pensando la evolución, pensando la vida, propone un enfoque abierto para el estudio e interpretación de la evolución denominado integración de sistemas complejos, que supone un cambio de paradigma total en el cuerpo teórico de las ciencias biológicas, y está basado en datos procedentes de campos como la genómica comparativa, la microbiología, o la genética del desarrollo. El resultado de sus investigaciones nos muestra un apasionante mundo nuevo por descubrir, la vida, la evolción, y los procesos biológicos más allá de los estrechos límites que imponía la interpretación darwiniana de la fenomenología orgánica.

“Al revés del trueque competitivo en el cual solo uno gana, debemos fortalecer un intercambio complementario y cooperativo en el cual todos ganen. Es preciso asumir, con absoluta seriedad, el principio del premio Nobel de economía John Nash, cuya mente brillante fue celebrada por una película no menos brillante: el principio gananciaganancia en el cual todos resultan beneficiados sin haber perdedores. En los últimos siglos desarrollamos la economía, la política, la ética y la religión bajo la inspiración de la competición que genera el individualismo. Ese tiempo terminó. Ahora tenemos que inaugurar la inspiración de la cooperación, que genera la comunidad y la participación de todos en todo lo que interesa a todos. Tales tesis y pensamientos se encuentran detallados en este brillante libro de Mauricio Abdalla, El principio de cooperación: en busca de una nueva racionalidad. Si no realizamos esta conversión debemos prepararnos para lo peor. Urge comenzar con las revoluciones moleculares. Comencemos por nosotros mismos, siendo seres cooperativos, solidarios, compasivos, simplemente humanos. Así definimos la dirección correcta. En ella hay esperanza y vida para nosotros y para la Tierra." (Leonardo Boff)

Prólogo de Leonardo Boff