El Derecho de contratos constituye sin duda la parte más dinámica y expansiva del Derecho mercantil. El contrato es la principal expresión jurídica y, a la vez, la esencia de la actividad empresarial. Si tuviéramos que resumir en una sola frase la razón de ser última del Derecho mercantil diríamos que es la de preservar y garantizar el cumplimiento efectivo de los contratos. La libertad contractual, a pesar de sus limitaciones, supone la manifestación más patente de la libertad de empresa que proclaman la Constitución y los Tratados comunitarios; la cual no se circunscribe a las normas reguladoras de la competencia en los mercados sino que penetra en ellos a través de la autonomía de la voluntad de los contratantes.
La obra lleva a cabo una exposición sistemática y coherente de la materia, partiendo de las enseñanzas de la parte general para ocuparse, seguidamente, de las principales figuras contractuales mercantiles. El propósito del autor ha sido integrar el Derecho en la realidad de los mercados para centrar toda su atención en la actividad empresarial de nuestro tiempo, huyendo de la exégesis y del dogmatismo. El resultado es un libro muy actual, expositivo y abierto, que no se detiene en disquisiciones (para eso están las clases y los seminarios), pegado a la regulación positiva de los contratos y atento a la normativa de ordenación económica de los diferentes sectores.
Esta segunda edición constituye una revisión, puesta al día y ampliación de la primera, al tiempo que refuerza los evidentes vínculos de conexión que la obra mantiene con el contenido y la estructura del Anteproyecto de Código Mercantil, cuya probable futura adopción marcará un hito fundamental en la evolución legislativa de nuestro Derecho de contratos y obligará a una profunda revisión de la doctrina y la jurisprudencia mercantiles en la materia.

El Derecho de contratos constituye sin duda la parte más dinámica y expansiva del Derecho mercantil. El contrato es la principal expresión jurídica y, a la vez, la esencia de la actividad empresarial. Si tuviéramos que resumir en una sola frase la razón de ser última del Derecho mercantil diríamos que es el efectivo cumplimiento de los contratos. La libertad contractual, a pesar de sus limitaciones, supone la manifestación más patente de la libertad de empresa, que no se queda en el umbral del mercado sino que penetra en él a través de la autonomía de la voluntad de los contratantes.
La obra lleva a cabo un tratamiento sistemático y coherente de la materia, tomando como base las enseñanzas de la parte general para ocuparse, seguidamente, de las principales figuras contractuales. El propósito del autor ha sido integrar el Derecho en la realidad de los mercados, huyendo de la exégesis y del dogmatismo. El resultado es un libro expositivo y abierto, que no se detiene en disquisiciones (para eso están las clases y los seminarios), pegado a la regulación legal de los contratos y atento a la normativa de ordenación económica de los diferentes sectores.