978-978-000-004-2
Los dos húsares
Lev Tolstoi
Editorial: Hermida Fecha de publicación: 31/12/2010 Páginas: 100
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Clásicos Rusos. El Aleph Editores y Del Taller de Mario Muchnik emprenden la serie «Clásicos rusos» con la vocación de ofrecer al lector español nuevas traducciones directas del ruso de títulos y autores de la tradición rusa que han permanecido inéditos o mal traducidos hasta hoy. «Clásicos rusos» es una serie dirigida por Mario Muchnik, fundador de El Aleph, y se integra dentro de la colección Modernos y Clásicos.Guerra y paz se publicó entre los años 1865 y 1869. A lo largo de sus centenares de páginas, Tolstói nos cuenta el relato épico de cinco familias rusas durante la invasión napoleónica. Obra monumental, que incluye a más de quinientos personajes históricos y de ficción, Guerra y paz alterna en su magnífica trama historias familiares con las vicisitudes del ejército napoleónico, la vida en la corte de Alejandro y las batallas de Austerlitz y Borodinó. Como ya advirtió Isaiah Berlin, «nadie ha superado nunca a Tolstói en la expresión del sabor específico, la calidad precisa de un sentimiento, la amplitud de su "oscilación". Nadie ha superado su manera de describir la estructura de una situación determinada en todo un período, pasajes ininterrumpidos de la vida de individuos, familias, comunidades, naciones enteras».Guerra y paz, un clásico de la literatura universal, se ha traducido varias veces al español pero la edición que presentamos aquí está basada en la única versión completa y autorizada por Tolstói, en una traducción magistral y totalmente fiable al español por Lydia Kúper. Esta edición de Mario Muchnik contiene unos anexos con un índice de todos los personajes que aparecen en la novela, mapas de las campañas napoleónicas en Rusia, un índice que desglosa el contenido de cada capítulo y otro apéndice con la traducción de todos los fragmentos que en el original aparecen en francés.
"El reino de Dios está en vosotros me abrumó. Me marcó para siempre.» Con estas palabras definió Gandhi esta obra tan polémica, por la cual se reconocerá a Tolstói no sólo como a un genio de la literatura, sino también como a un pensador que influyó en los movimientos pacifistas de todo el mundo.
En este texto, Lev Tolstói, para quien la no resistencia constituye la esencia del cristianismo, muestra cómo la Iglesia ha pervertido las enseñanzas de Jesús y ha hecho posible conciliar dos conceptos totalmente incompatibles: violencia y religión. El escritor ruso rechaza todos los episodios relacionados con los milagros que encontramos en el Nuevo Testamento, porque considera que estos milagros no son más que añadidos posteriores, reflejo de que los hombres no comprendieron la fuerza de la doctrina de Cristo y recurrieron a toda clase de milagros mágicos para justificar su divinidad.
La obra fue censurada en Rusia, aunque circuló clandestinamente, fue ampliamente discutida por la crítica rusa, y rápidamente publicada en Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. En 1901 Tolstói fue excomulgado por el Santo Sínodo.
Esta edición castellana, cuidadosamente traducida del ruso y por vez primera en su versión íntegra, incluye la correspondencia que mantuvieron Tolstói y Ghandi.
"Todas las familias felices son iguales, pero cada familia infeliz es infeliz a su propia manera". Asi comienza Anna Karénina, «la mejor novela de amor de la historia», en la autorizada opinión de Vladimir Nabokov.
La sola mención del nombre de Anna Karénina sugiere inmediatamente dos grandes temas de la novela decimonónica: pasión y adulterio. Anna Karénina, que Tolstói empezó a escribir en 1873 y no vería publicada en forma de libro hasta 1878, es una exhaustiva disquisición sobre la institución familiar y como dice Víctor Gallego (autor de esta nueva traducción), «una fábula sobre la búsqueda de la felicidad». La idea de que la felicidad no consiste en la satisfacción de los deseos preside la detallada descripción de una galería espléndida de personajes que conocen la incertidumbre y la decepción, el vértigo y el tedio, los mayores placeres y las más tristes miserias.
Lev Nikoláievich Tolstói nació en 1828. En 1852 publicó Infancia, el primero de los textos autobiográficos que, seguido de Adolescencia (1854) y Juventud (1857), le hicieron famoso. El éxito de su monumental novela Guerra y paz (1865-1869) y de Anna Karénina (1873-1877) no alivió una profunda crisis espiritual. En 1899 publicó Resurrección (1899). Murió en 1910.
Los mejores libros jamás escritos Edición de la Academia Soviética de Ciencias
Obra cumbre de Lev Tolstói (junto a Anna Karénina) y de la narrativa del XIX, Guerra y paz constituye un vasto fresco histórico y épico. Con la campaña napoleónica -Austerlitz, Borodinó o el incendio de Moscú- como trasfondo, se narra la historia de dos familias de la nobleza rusa, los Bolkonski y los Rostov, protagonistas de un mundo que empieza a escenificar su propia desaparición.
Hasta hace pocos años, todas las traducciones de Guerra y paz se basaban en la edición canónica de 1873. Sin embargo, en 1983, la Academia Soviética de Ciencias publicó lo que ellos llamaron la «edición original», es decir, la primera versión que Tolstói escribió en 1866. Es la espléndida traducción de ese manuscrito original, de la mano de Gala Arias Rubio, la que publicamos en este volumen.
«¿Es que se puede estar en paz en los tiempos que corren, cuando se tiene algo de sensibilidad?»
«Para mí, Hadjí Murat representa lo sublime en la prosa de ficción, y lo considero el mejor relato del mundo.» (Harold Bloom).
Hadjí Murat es la excepción más grandiosa del último Tolstoi, pues ahí el viejo chamán rivaliza con Shakespeare. La extraordinaria facultad de Shakespeare a la hora de dotar de una existencia exuberante incluso a los personajes más secundarios, a la hora de henchirlos de vida, es inteligentemente absorbida por Tolstoi.
Todo el mundo en Hadjí Murat posee una vívida individualidad: Shamil, el zar Nicolás, Avdéiev, el desdichado soldado ruso muerto en una escaramuza, el príncipe Vorontsov, a quien Hadjí Murat se entrega; Poltoratski, comandante de una compañía...
«Hadjí Murat es tan extraña como la Odisea y tan familiar como Hemingway. Aunque Hadjí Murat también vive y muere como un héroe épico arcaico, reúne en sí mismo todas las virtudes y ninguno de los defectos de Odiseo, Aquiles y Eneas.» (Harold Bloom, El canon occidental).
«El desenlace de esta novela, que Tolstói inunda de todo un mar de sensualidad cuando describe la belleza de las cosacas y la virilidad y el temple de los cosacos, también se pude prestar a una interpretación romántica o realista, pero nuestra sensación se ajusta más a la primera: la naturaleza lo preside todo, impone el ritmo de vida a sus habitantes, determina su carácter y sus relaciones y rechaza a Olenin por no entender sus reglas y tener en su ignorancia, el atrevimiento de romperlas: él no es un “buen salvaje”, aunque quiera serlo.» (Almudena Guzmán. ABC).
Hugo von Hofmannsthal observó una vez que no podía leer una página de "Los cosacos", de Tolstói, sin recordar a Homero. En ambos casos, si dejamos aparte su común trasfondo épico, el tema es el del héroe que deja el mundo civilizado para enfrentarse a los peligros y la purificación moral de un viaje por tierras lejanas.
En 1851, cuando Tolstói tiene veintidós años, emprende un viaje al Cáucaso para unirse como cadete a la línea defensiva rusa en la guerra contra los turcos. El tiempo que pasa allí lo marcará para toda la vida y servirá de inspiración para sus primeras novelas.
Como sucede en la mayoría de sus obras tempranas, el protagonista, Olenin, es una proyección de la personalidad de su autor: un joven que ha dilapidado parte de su patrimonio y abraza la carrera militar para escapar de su vida disoluta en Moscú. Le impulsan vagos sueños de felicidad. Y ésta parece ir a su encuentro, tanto por la profunda impresión de plenitud que le produce el contacto con el Cáucaso, con los vastos y grandiosos espacios de su naturaleza y la vida sencilla de sus habitantes, que, alejados de todo artificio, personifican la fuerza eterna de la verdad natural, como por el amor que profesa a la bellísima cosaca Mariana.
Mitad estudio etnográfico, mitad cuento moral, esta novela posee una importancia artística e ideológica excepcional en la obra de Tolstói. La clara belleza de los paisajes sobre los cuales resaltan las inolvidables figuras de los cosacos –el viejo Yéroshka, Lúkashka y la bella y serena Mariana–, la intensa penetración psicológica del hombre elemental y la forma directa de transmitir la épica de una vida que se afirma a sí misma hacen de esta breve novela de juventud una pequeña obra maestra.
«Nunca se subrayará demasiado que la afinidad entre el poeta de la Ilíada y el novelista ruso es de temperamento y visión, sin que ello implique en lo más mínimo que Tolstói imitara a Homero, sino más bien que cuando Tolstói, entre los cuarenta y cuarenta y cinco años, releyó los poemas homéricos en su texto griego, debió de sentirse maravillosamente en su propio elemento.» (George Steiner, Tolstói y Dostoievski).