28 sencillas recetas caseras para disfrutar de un buen plato de pasta, la comida más reconfortante
¿Hay algo más reconfortante un frío día de invierno que un buen plato de macarrones? Crujientes y tostados por arriba, cubiertos de una capa de queso fundida...; un plato que siempre nos recuerda las comidas familiares. Un solo bocado te transportará a los días de tu infancia, con mamá presidiendo la mesa y el resto de la familia pendiente de la humeante fuente de pasta cubierta de queso.
Con este libro podrás perfeccionar este tradicional plato de pasta, además de aprender nuevas y fascinantes variaciones. Si estás buscando tentadoras recetas que causen sensación, este es tu libro.
Cocina suculentos platos con ternera picante o jamón serrano, pimiento ahumado y queso azul. Disfruta tus macarrones con langosta termidor o con salmón, albahaca y parmesano. O acompáñalos de ingredientes como calabaza, salvia, champiñón, estragon...

Si crees que los tacos son grasientos y poco sanos, ¡te lo vas a tener que replantear! Los tacos son mucho más que carne picada y queso rallado envueltos en una tortilla; están buenos y son sanos. La moda de los tacos cogió a Estados Unidos por sorpresa, y la fama de estas tortillas rellenas de cosas ricas se está extendiendo gracias a la cantidad de restaurantes de tacos que no paran de aparecer por todas las partes del mundo.
Algunas ideas para tacos incluyen el pollo al chipotle y la calabaza con chile ancho. Entre los burritos más sustanciosos está el de chorizo, frijoles y pimiento o el de adobo, frijoles y queso. Las quesadillas son perfectas para compartir, prueba la de desayuno inglés para desayunar o la de boniato y espinacas. También hay un capítulo con salsas y guarniciones porque hay eces en las que el acompañamiento está tan bueno como el propio taco. Alguna de las recetas son el pico de gallo, la salsa de tomatillo y la baja slaw.
Los tacos, las quesadillas y los burritos son muy fáciles de preparar, así que no necesitas ser un experto ni tener un instrumental de especialista. Piensa en ellos como si fueran el equivalente latinoamericano del bocadillo: perfectos para una comida ligera o para picar algo a cualquier hora.