Está generalizada la creencia de que la relación de la sociedad española con la ciencia a lo largo del tiempo ha sido una historia de desapego, de distanciamiento. El tópico de la polémica de la ciencia española atraviesa generaciones desde que se iniciase la reflexión de la relación de los españoles con su pasado científico en tiempos de la Ilustración. Para defender la tesis de las limitaciones del desenvolvimiento de las actividades científicas en el seno de la sociedad española se acude a una metáfora atribuida a Cajal, aquella que dice que al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia. Sin embargo, como se expone en este libro, el propio Cajal a sus ochenta años hizo un balance más positivo de los logros alcanzados por los científicos españoles coetáneos, debidos a un trabajo acumulativo de un cuarto de siglo. Esta obra sigue la estela de esas reflexiones del Cajal de 1932, responsable y testigo del salto adelante que experimentó la ciencia hecha en la sociedad española a partir de la creación, en 1907, de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, institución que él presidió desde su fundación hasta su fallecimiento en 1934. Este libro pretende mostrar que en la España republicana la rueda de la ciencia formaba parte del carro de la cultura española. Para ello se ofrece un amplio y pormenorizado panorama, basado en la consulta de numerosos periódicos y revistas, de las actividades científicas efectuadas en el seno de la sociedad española en una coyuntura determinada del régimen republicano: la correspondiente al curso 1935-1936. Esa opción se debe a dos razones: ofrecer una visión diferente de los meses precedentes a la guerra de España, contemplados hasta ahora desde una perspectiva política fundamentalmente, y exponer los logros de los científicos y tecnólogos españoles de aquel entonces, capaces de organizar relevantes congresos científicos internacionales, sostener una densa trama asociativa y establecer una interrelación permanente con sus públicos y audiencias a través de la prensa y la radio.

1ª edición.

Es un lugar común sostener que en el pasado y en el presente los españoles han tenido y tienen una difícil relación con la ciencia, percepción quizá debida al hecho de que el desarrollo histórico, científico y tecnológico han sufrido en nuestra sociedad, como explica LEONCIO LÓPEZ-OCÓN CABRERA, un peculiar proceso de «guadianización». Pero constatar esta situación no justifica tener una visión negativa del alcance de los conocimientos científico-técnicos en la configuración histórica de la sociedad española, ni debe impedir apreciar las contribuciones de nuestros investigadores al acervo mundial del saber. Tres ideas principales guían el desarrollo de esta BREVE HISTORIA DE LA CIENCIA ESPAÑOLA: presentar las continuidades y discontinuidades que ha habido en la producción de conocimientos en la sociedad española en los últimos cinco siglos, otorgar la relevancia que se merece a la dimensión americana de la misma y demostrar que la ciencia hispana, a pesar de sus limitaciones, ha ocupado un papel más importante de lo que se supone en el desarrollo de la cultura española y europea.

196 pp. 28x19. Tapa dura con sobrecubierta. PERFECTO ESTADO. Ediciones de Cultura Hispánica. Madrid, 1991.
Con la publicación del catálogo de los documentos americanistas existentes en el archivo de la casa ducal de Alba concluye una importante colaboración científica entre varias instituciones españolas y mexicanas, iniciada en 1980. En ese año el Instituto de Estudios de Historia de México Condumex apoyaba la iniciativa de los duques de Alba de divulgar algunos fondos documentales de su archivo, subvencionado a varios especialistas, pertenecientes al antiguo Instituto de Historia de América Fernández de Oviedo, del CSIC. Ambos centros, muy conscientes de la importancia que representa la catalogación sistemática de los documentos existentes en los archivos españoles -para un mejor y más completo conocimiento de la historia de América-, comenzaban estos propósitos por el archivo de la emblemática casa de Alba.Así, durante los años de 1981 a 1983, dos especialistas se dedicaron a la tarea de la calificación/descripción de todos los documentos ultramarinos que existen en el palacio de Liria (Madrid), donde se ubica el archivo ducal. En ese tiempo, Paloma Calle Rodríguez y Leoncio López-Ocón Cabrera inventariaron los documentos americanistas, elaborando precisas definiciones de sus contenidos. Se trata de una documentación fragmentada y no conforma una sección especial, sino que se halla distribuida en legajos correspondientes a varios de los muchos títulos nobiliarios -de otros tantos linajes- que han ido incorporándose a la casa de Alba a lo largo del tiempo. Los papeles americanistas resultan una escogida muestra documental, de reconocido valor, procedente de un archivo originariamente muy crecido y diezmado por dos incendios (1794 y 1795) y por la destrucción, acompañada de incendio, que sufrió el palacio de Liria durante la guerra civil española en el otoño de 1936.La investigación concluía en 1984, pero no pudo ser publicada por Condumex -como era su intención- por la grave crisis económica que ha padecido la nación mexicana. No obstante, los propósitos de instituciones e investigadores han podido completarse gracias al Instituto de Cooperación Iberoamericana -en vanguardia siempre de la preocupación americanista-, que se ha encargado de su publicación.Se concluye de esta forma una importante empresa, iniciada hace una decena de años, que perseguía la difusión de las fuentes documentales de nuestra historia: una historia compartida por numerosos pueblos y que se sostiene sobre un patrimonio cultura común.

6 pp. Separata de Asclepio, Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia. CSIC. Madrid, 1998.
EST. ASCLEPIO