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1ª edición.
Tierra sin mar es una biografía de José Antonio Labordeta aquí están los territorios de la infancia, los locos del Niké, los inviernos de Teruel, los orígenes de Andalán, los duros y dorados años de la canción, el PSA...Tierra sin mar es un libro sobre Aragón. Un Aragón sin playas pero lleno de paisajes increíbles, y a veces amenazados o forzosamente abandonados, Monegros y Belchite y Moncayo y Pirineos y Maestrazgo, poblado de gentes duras y poseído por extraños silencios.Tierra sin mar es una muy personal visión de la última historia de España.
Narrativa
Un recorrido por los parajes visitados en el programa de televisión
Braulio, pobre y humillado, ha conseguido convertirse en el prestamista que ejecuta las deudas no pagadas, y se queda con cosechas y campos. Pero aquel pueblo, donde nunca pasa nada, comienza a revolverse en los albores de la guerra civil: los sediciosos controlan la zona y se dice que han detenido a Longares, el alcalde, y que lo han matado. El herrero y el albañil –los proletarios– han desaparecido. Y Severino dice que no hay más ley que la de su pistola. Don Luis, el juez, se opone, pero los dos guardias civiles se unen a Severino. En realidad, la presa de Severino no son los proletarios, sino Braulio, a quien él y todos deben dinero. El prestamista mata a Severino y huye con sus caudales. Los camaradas de Severino salen en jauría a matar al asesino... Labordeta ha escrito una fascinante novela coral, relatos que tejen la vida de un pueblo donde todos se conocen y nadie es el mal absoluto, o la absoluta bondad. A medida que el lector se adentre en este libro descubrirá lo más desconcertante del alma humana. Estamos ante las mejores páginas escritas por José Antonio Labordeta, quien, en esta novela, se interna en un mundo rural carcomido por las miradas, las ideas sangrientas, las ideologías muertas y la demencia. En palabras de José-Carlos Mainer, prologuista del libro, «un relato faulkneriano que es casi la forma innata de narrar una tragedia civil: un coro de voces, un tiempo dinamitado, un peregrinar confuso».