Los amigos de la Ilustración asisten tristes e impotentes a su muerte. Pero aún les queda un recurso: pedirle a Asclepio, el médico divino, que recete alguna pócima para la pronta recuperación de la enferma. No va a ser fácil, cincuenta años de postmodernidad no pasan en balde, pero el tratamiento es prometedor. La Ilustración necesita nuevos relatos que sanen sus heridas y que le ayuden a recuperar la ilusión en que todavía queda mucho futuro para nuestra libertad, igualdad y fraternidad. El filósofo Jorge Úbeda recoge y da forma alguno de estos relatos. ¿Serán la cura que la Ilustración necesita?

«Desde el punto de vista del discurso moderno e ilustrado sobre el sujeto, para este todo es posible; sin embargo, el discurso contemporáneo sobre el sujeto devuelve la tesis de que todo lo posible es ya pasado. [...] De un modo intuitivo pensamos que ser niño es, en cierta medida, tener un campo de posibilidad abierto e indefinido ---todo es posible--- pero que ese campo de posibilidades no ha sido decidido ni elegido, ni siquiera creado por uno ---todo lo posible es ya pasado---. Si queremos saber cómo salir de la perplejidad, tenemos que entrar en la infancia y quizá buscar en ella alguna salida». «La filosofía, que es el oficio vital de Úbeda, ha meditado sobre la muerte, o sea, sobre la madurez y sobre la decrepitud de la vida; pero apenas ha prestado atención frontal a la infancia, e incluso no ha sabido relacionar con ella, como sin duda tendría que haber hecho, su modo de entender la muerte. Este libro reflexiona largamente acerca de la desconfianza y la deslealtad con la que, sobre todo el pensamiento moderno, se ha comportado respecto de la infancia. Jorge Úbeda habla desde la experiencia que busca retomar los términos esenciales de lo real y desde el conocimiento de una cultura cuya profundidad no siempre ha estado a la altura de lo Simple. Es la suya una voz que no debemos ya desatender nunca». (Miguel García-Baró)