9788408005377
Esto parece el paraíso (ANULADO)
John Cheever
Editorial: Austral Fecha de publicación: 31/12/9999 Páginas: 160Formato: Rústica
www.paquebote.com > John Cheever
Cuando John Cheever murió, dejó tras de sí veintinueve cuadernos de notas que empezó a escribir en los años cuarenta y continuó durante más de tres decenios. Su compromiso cotidiano con estos diarios fue algo central en su vida, como elemento de trabajo, como refugio. ?Vivo en el presente -escribió-, el presente me da mi sustancia, mi esencia, el núcleo de mi utilidad.?
Estos Diarios son algo más que el conmovedor autorretrato de un artista del siglo XX. Leer este libro es introducirnos en la íntima sinceridad de sus palabras, en la angustia de un creador atormentado por la fragilidad de su talento, en la afanosa búsqueda de un atisbo de claridad en el confuso torbellino de la vida.
El insidioso relator de la vida cotidiana de las urbanizaciones estadounidenses creó una poética de la desilusión que ha alcanzado el indiscutible rango de clásica.
Esto parece el paraíso es la fábula más inteligente, mágica y encantadora de John Cheever. No exenta de toques realistas, supone la vuelta del autor a una visión de la vida contemporánea más alegre y esperanzada, tras sus novelas y cuentos que examinaban el fracaso del sueño americano. El protagonista teme estar llegando al final de su vida y perder así la capacidad de enamorarse, capacidad que ejerce con personas de ambos sexos. Esto parece el paraíso es la pequeña gran obra maestra de un genial escritor.
Estos diarios de un autor fundamental para la literatura norteamericana del siglo XX, son un autorretrato conmovedor del escritor y el hombre, de sus genialidades y sus contradicciones.
«Un tesoro. Los dones particulares de Cheever, sitúan sus diarios entre los mejores en su categoría.»
The New York Times Book Review
John Cheever dejó al morir veintinueve cuadernos de notas y el deseo explícito de que esos diarios, redactados durante más de tres décadas, fueran publicados póstumamente. El autor confió a sus hijos y a su editor la gestión de miles de hojas originariamente escritas sin pensar en su publicación. Estos textos vieron la luz cuando pocos podían imaginar la angustia que corroía al gran autor norteamericano.
Incapaz de escribir sin encontrarse a sí mismo en cada línea, sus ambigüedades cruzan cada una de las páginas en las que registró su día a día buscando material para sus ficciones y para encauzar su propia vida. Su candor y sus demonios se conjuran aquí buscando luz, analizando pasos en falso y virajes equivocados, componiendo una cartografía vital que no ahorra descensos a sus infiernos pero que lleva grabada una promesa de salvación.
Esta edición cuenta con notas ampliadas y revisadas de Rodrigo Fresán, responsable también de una cronología biográfica del autor. Algunas de las mejores frases de Cheever se encuentran en estos diarios, clara muestra de que retrató su vida con la misma maestría de sus cuentos y novelas.
Estos son, sin duda, sus textos más íntimos, los que le acompañaron durante toda una vida luchando por ahogar sus deseos y guardar las apariencias. Una vez publicados, se convirtieron en su redención literaria y en la mejor manera de encontrar ese algo en él que hacía que, a pesar de todo, la vida pareciera un tesoro.
Reseñas:
«Un itinerario impresionante de un hombre perdido que se salvaba intermitentemente por un cambio en la dirección del viento o por un destello de amor. No encontrarán un autorretrato más íntimo de un escritor.»
Entertainment Weekly
«Una introducción provocadora a la mente y el arte de un autor norteamericano clave.»
The Boston Globe
«Su intención fue no solo hallar evidencia de una vida moral en el caos social, sino también brindarnos la poesía de ese asombroso, estupendo y ensoñador mundo en el que vivimos.»
Saul Bellow
«Estos diarios contienen los mejores fragmentos jamás escritos por Cheever [...]. La pena, la soledad, los secretos, la vergüenza: él, un impostor en su propia vida, convirtió la aversión que sentía hacia sí mismo en una forma de arte.»
The Guardian
«Estos diarios son el mayor logro de Cheever, su principal argumento a favor de la supervivencia literaria.»
Geoff Dyer
«Los Diarios de Cheever son un pozo tan lleno de mierda como de buena literatura.»
Eudald Espluga, Playground
«Esta sobresaliente colección de relatos muestra el poder y el alcance de uno de los mejores escritores del siglo pasado. Historias de amor y miseria, que incluyen obras maestras como "El nadador" o "Adiós, hermano" y que fechan de su salida del ejército al final de la Segunda Guerra Mundial.»
The Guardian
Los cuentos de John Cheever son el gran testimonio literario de la clase media estadounidense de los años cincuenta y sesenta. Conocido como «el Chéjov norteamericano», fue el gran cronista de ese territorio casi mitológico de las zonas residenciales a las afueras de las grandes ciudades, con sus fiestas de cóctel y piscina, sus despertares de periódico en la puerta, sombrero, maletín y beso a los niños, tardes con cuartetos de Benny Goodman en la radio y noches enteras anhelando una vida distinta. Cheever convirtió con maestría ese espejismo de éxito y felicidad en el escenario de glorias y penas de familias que, entre la frustración, el deseo y el tedio, conforman un retrato incomparable del alma humana que transciende cualquier época o país.
Esta edición incluye un epílogo de Rodrigo Fresán y mantiene la selección del propio Cheever, merecedora tras su publicación en 1978 del Premio Pulitzer y el National Book Critics Circle. Recorriendo una trayectoria de casi tres décadas, contiene relatos tan emblemáticos como «El nadador», retrato onírico de un hombre a la deriva, o «El marido rural», novela en miniatura según Nabokov cuyo protagonista sobrevive a un accidente de avión y vuelve a casa ante la indiferencia total de su familia.
Cheever, que luchó toda su vida contra la adicción al alcohol y contra una bisexualidad reprimida, demostró conocer a la perfección los estragos que causan las pasiones más ocultas cuando explotan sin apenas ruido. En plena oscuridad supo encontrar destellos en las existencias más apagadas, débiles rayos de luz que en sus manos acababan alumbrando una vida entera.
Críticas:
«John Cheever es un realista con magia, y su voz, en sus luminosos relatos, es tan rica y distintiva como las principales voces de la literatura estadounidense de posguerra.»
Philip Roth
«A menudo se habla de Cheever como un escritor de los barrios residenciales, pero muchos han escrito sobre ello. Solo él fue capaz de convertirlos en un arquetipo.»
John Updike
«Supongo que querrán caracterizar sus relatos como chejovianos, o decir que Cheever es menos sombrío que Carver, más amplio, irónico y alegre que Hemingway. Pero al final siempre será enteramente él mismo, calculando y equilibrando cada frase hasta decir lo correcto y, todavía más a menudo, elevándose hasta situar el tren de lo diario sobre las vías de lo político.»
Hanif Kureishi
«Estas cartas fueron escritas por un hombre extraordinario, y lo extraordinario de mi padre no fueron su crueldad ni sus fracasos. Lo extraordinario era su alegría y el talento que tenía para regalarla a los que le rodeaban.»
Benjamin Cheever John Cheever trazó en sus cartas, durante años y sin saberlo apenas, un autorretrato tan revelador como el que esconden sus cuentos y sus novelas. Prolífico en su correspondencia privada, podía llegar a escribir una treintena de veces semanalmente a amigos, a otros escritores como Philip Roth, John Updike o Saul Bellow, así como a familiares y amantes. A todos ellos les pedía que se deshicieran de unos textos que consideraba pasajeros: «Guardar cartas es como intentar preservar un beso». Sin embargo, sus destinatarios quisieron conservar unas misivas que, editadas y anotadas por su hijo Benjamin, forman una historia tan vívida y humana como cualquiera de sus personajes. Torturado por su alcoholismo y por una bisexualidad reprimida, Cheever siempre fue un extraño para los que tenía más cerca. Aunque la publicación póstuma de sus diarios hizo patente hasta qué punto el dolor inundaba su vida, sus cartas se convierten en una suerte de ventana que él nunca advirtió, una mirada privilegiada a la fragilidad de sus emociones y a la honestidad con que recibía sus derrotas. Una rendija al universo más íntimo de un buen hombre que reveló en estos textos el vínculo terrible entre su genialidad y sus demonios. Críticas:
«El maestro de los relatos cortos también fue el maestro de las cartas cortas.»
The Sunday Times «Al final, la suya fue una historia de éxito. Pero sus Cartas te hacen incómodamente consciente del precio que pagó por alcanzarlo.»
The New York Times «John Cheever jamás escribió una mala carta. Cuando me escribía siempre era como si caminase por la cuerda floja.»
William Maxwell, editor del autor en The New Yorker «Fascinante [...] las cartas de John Cheever irradian amor y luz. [...] Ante entregas de tal cantidad e intensidad, de nada sirven las categorías convencionales.»
New York Magazine «Un placer único que ni una biografía podría ofrecer: observar cómo un artista descubre y redefine su mundo mes a mes. Sus cartas nos convencen de que estamos ante un gran escritor y un buen hombre.»
Chicago Tribune «Los episodios más relevantes de su vida, los felices y los traumáticos, encontraron eco en las cartas. "Escribió entre diez y treinta a la semana, y las escribió en todo tipo de circunstancias", aclara su hijo en la introducción. "Lo suyo no era el teléfono", y aquello que tenía que decir "estaba en el correo".»
Juan Tallón, Revista de Libros
La última gran novela de John Cheever, considerada uno de los trabajos más brillantes y valientes del autor.
Solo John Cheever podía entregarse a estos grandes temas con la ironía y la elocuencia que hacen de Falconer una obra maestra.
Reseña:
«Falconer es espléndido. Es duro, elegante, puro. Es también indispensable, si realmente quieres saber lo que está pasando al alma humana en Estados Unidos.»
Saul Bellow
Una explosión de fondo y forma que dinamita el sueño americano.
Una composición lírica y mordaz dedicada a la dudosa normalidad que representan los barrios residenciales norteamericanos, ejecutada con un arte y una singularidad sin par.
Estos diarios de un autor fundamental para la literatura norteamericana del siglo XX, son un autorretrato conmovedor del escritor y el hombre, de sus genialidades y sus contradicciones.
«Un tesoro. Los dones particulares de Cheever, sitúan sus diarios entre los mejores en su categoría.»
The New York Times Book Review
John Cheever dejó al morir veintinueve cuadernos de notas y el deseo explícito de que esos diarios, redactados durante más de tres décadas, fueran publicados póstumamente. El autor confió a sus hijos y a su editor la gestión de miles de hojas originariamente escritas sin pensar en su publicación. Estos textos vieron la luz cuando pocos podían imaginar la angustia que corroía al gran autor norteamericano.
Incapaz de escribir sin encontrarse a sí mismo en cada línea, sus ambigüedades cruzan cada una de las páginas en las que registró su día a día buscando material para sus ficciones y para encauzar su propia vida. Su candor y sus demonios se conjuran aquí buscando luz, analizando pasos en falso y virajes equivocados, componiendo una cartografía vital que no ahorra descensos a sus infiernos pero que lleva grabada una promesa de salvación.
Esta edición cuenta con notas ampliadas y revisadas de Rodrigo Fresán, responsable también de una cronología biográfica del autor. Algunas de las mejores frases de Cheever se encuentran en estos diarios, clara muestra de que retrató su vida con la misma maestría de sus cuentos y novelas.
Estos son, sin duda, sus textos más íntimos, los que le acompañaron durante toda una vida luchando por ahogar sus deseos y guardar las apariencias. Una vez publicados, se convirtieron en su redención literaria y en la mejor manera de encontrar ese algo en él que hacía que, a pesar de todo, la vida pareciera un tesoro.
Reseñas:
«Un itinerario impresionante de un hombre perdido que se salvaba intermitentemente por un cambio en la dirección del viento o por un destello de amor. No encontrarán un autorretrato más íntimo de un escritor.»
Entertainment Weekly
«Una introducción provocadora a la mente y el arte de un autor norteamericano clave.»
The Boston Globe
«Su intención fue no solo hallar evidencia de una vida moral en el caos social, sino también brindarnos la poesía de ese asombroso, estupendo y ensoñador mundo en el que vivimos.»
Saul Bellow
«Estos diarios contienen los mejores fragmentos jamás escritos por Cheever [...]. La pena, la soledad, los secretos, la vergüenza: él, un impostor en su propia vida, convirtió la aversión que sentía hacia sí mismo en una forma de arte.»
The Guardian
«Estos diarios son el mayor logro de Cheever, su principal argumento a favor de la supervivencia literaria.»
Geoff Dyer
«Estas cartas fueron escritas por un hombre extraordinario, y lo extraordinario de mi padre no fueron su crueldad ni sus fracasos. Lo extraordinario era su alegría y el talento que tenía para regalarla a los que le rodeaban.»
Benjamin Cheever
John Cheever trazó en sus cartas, durante años y sin saberlo apenas, un autorretrato tan revelador como el que esconden sus cuentos y sus novelas. Prolífico en su correspondencia privada, podía llegar a escribir una treintena de veces semanalmente a amigos, a otros escritores como Philip Roth, John Updike o Saul Bellow, así como a familiares y amantes. A todos ellos les pedía que se deshicieran de unos textos que consideraba pasajeros: «Guardar cartas es como intentar preservar un beso». Sin embargo, sus destinatarios quisieron conservar unas misivas que, editadas y anotadas por su hijo Benjamin, forman una historia tan vívida y humana como cualquiera de sus personajes.
Torturado por su alcoholismo y por una bisexualidad reprimida, Cheever siempre fue un extraño para los que tenía más cerca. Aunque la publicación póstuma de sus diarios hizo patente hasta qué punto el dolor inundaba su vida, sus cartas se convierten en una suerte de ventana que él nunca advirtió, una mirada privilegiada a la fragilidad de sus emociones y a la honestidad con que recibía sus derrotas. Una rendija al universo más íntimo de un buen hombre que reveló en estos textos el vínculo terrible entre su genialidad y sus demonios.
Críticas:
«El maestro de los relatos cortos también fue el maestro de las cartas cortas.»
The Sunday Times
«Al final, la suya fue una historia de éxito. Pero sus Cartas te hacen incómodamente consciente del precio que pagó por alcanzarlo.»
The New York Times
«John Cheever jamás escribió una mala carta. Cuando me escribía siempre era como si caminase por la cuerda floja.»
William Maxwell, editor del autor en The New Yorker
«Fascinante [...] las cartas de John Cheever irradian amor y luz. [...] Ante entregas de tal cantidad e intensidad, de nada sirven las categorías convencionales.»
New York Magazine
«Un placer único que ni una biografía podría ofrecer: observar cómo un artista descubre y redefine su mundo mes a mes. Sus cartas nos convencen de que estamos ante un gran escritor y un buen hombre.»
Chicago Tribune