Esta obra cuenta en forma de crónica la vida del genial Paco de Lucía, desde su nacimiento en Algeciras hasta su inesperada muerte en México. Un libro que no omite detalles sobre sus relaciones, a veces complejas, con los guitarristas coetáneos, como su compadre Manolo Sanlúcar, o los tocaores más jóvenes. También sus aproximaciones al jazz, a la música clásica o al poprock. El resultado es un libro emocionante y sincero donde se vuelca el personaje más íntimo, reflejado en sus opiniones políticas, su búsqueda de la aventura y del anonimato, sus querencias sentimentales, la presencia onírica de la infancia como patria profunda o su eterna devoción por la copla.La obra se completará con un cuadernillo de fotos con el Paco de Lucía más íntimo.

Todo en Profundo Sur discurre condicionado por lo fronterizo, por la provisionalidad en una difícil geografía física, política y emocional que hizo tal vez más oscuros los oscuros años de posguerra hasta bien entrados los 70, cuando la música de los Beatles, las películas de Hollywood y el desarrollo económico hicieron vislumbrar al narrador de estas historias que algo había más allá de la Semana Santa, la Falange Española o la playa de Valdelagrana. Y resulta también este nuevo libro de Juan José Téllez un hilarante, un ácido estudio antropológico donde se recrean con una gracia inigualable, con ese mítico humor que caracteriza a los gaditanos, las esencias de unos disparatados personajes que lo mismo son dignamente capaces de llevarle el equipaje a Truman Capote, de atacar a los sevillanos donde más les duele, que de plantar cara heroicamente a los embates de una gigantesca sirena en plena bahía de Cádiz o de hablar por el móvil con los difuntos. La credulidad de un periodista foráneo ante la historia de un torero fascinado por los ritos orientales o las tribulaciones de un chirigotero renegado completarán este mosaico memorable donde el autor, una vez más, hace gala de su imaginación desbordante. Sin duda estamos ante uno de los mejores libros de este escritor gaditano.
Juan José Téllez (Algeciras, 1958) ha simultaneado el periodismo profesional en prensa, radio, televisión e internet, con una larga dedicación a la literatura que se inició con la contracultura en los años 70 y que en la actualidad pasa por su condición de director de programación del Centro Andaluz de las Letras. Desde que en 1979 publicara Crónicas urbanas, ha ido desarrollando un discurso lírico que incluye títulos como Ciudad sumergida, Daiquiri, Las causas perdidas o Las grandes superficies. También ha escrito ensayos sobre migraciones --en especial Moros en la costa, con prólogo de José Saramago--, militarismo o música. Entre estos últimos, destacan sus biografías de Paco de Lucía, Chano Lobato o Carlos Cano. Ha escrito guiones para documentales o espectáculos musicales, y es autor igualmente de una serie de libros de relatos que se inició en 1989 con Amor negro y que completan Territorio estrecho (1991, reeditado en 2011), El loro pálido (1999), Main Street (2003), Señora Melancolía (2010) y, ahora, Profundo Sur. Ha sido incluido en diversas antologías y sus poemas y relatos han sido traducidos ocasionalmente al inglés, al francés, al finlandés y al árabe.

Las bases militares de la OTAN parece que permanecen en Andalucía como causa de un fatal destino que no podemos cambiar. Tras veinticinco años de lucha contra las bases de Morón  y Rota ¿qué hemos conseguido? Y sobre todo ¿qué podemos predecir que vaya a pasar en el futuro con estas bases militares? La maquinaria de propaganda de los gobiernos cómplices con la guerra ha conseguido borrar del mapa la contestación y el cuestionamiento de estas plataformas de la muerte. La lucha contra las bases está pasando por uno de sus  momentos más débiles.De ahí que en este momento de incertidumbre de la unidad de los movimientos sociales y políticos contra las bases, Juan José Téllez nos ofrece un recorrido histórico sobre las bases de Morón, Rota y Gibraltar (la gran olvidada de las bases militares del Sur). Desde su cómplice mirada rebelde y pacifista, sin olvidar su habitual rigor periodístico , Juan José Téllez nos ofrece una investigación con un claro enfoque hacia las poblaciones que habitan en torno a las bases. Al fin y al cabo, las grandes secuestradas en los debates en torno la existencia de las mismas bases.

"Entre el XX y el XXI. Antología poética andaluza (I) y (II)" es una obra esencial que reúne una floresta de los poetas andaluces que", a criterio del antólogo, son significativos en el panorama actual de la poesía que se escribe entre dos siglos. Cada español tiene una antología en su mente y también cada crítico. Como propuesta libérrima ha rehuido de las capillas literarias e intenta ser integradora de una amplia realidad nacional. Los escritores seleccionados tienen una obra extensa y contrastada, formando parte, en algunos casos, de una nómina restringida de la poesía española contemporánea. En el primer volumen puede encontrar el lector escritores tan conocidos como ANA ROSSETTI, BENÍTEZ REYES, JUANA CASTRO, RAFAEL DE CÓZAR, MANUEL GAHETE, ANTONIO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ,ROSA DÍAZ, JOSÉ LUPIÁÑEZ, MANUEL MOYA," JUAN JOSÉ TELLEZ. Seguido de un segundo volumen con el que el lector podrá deleitarse en la lírica de otros grandes escritores andaluces de nuestro tiempo. Entre el XX y el XXI. Antología poética andaluza es una obra necesaria que reúne la mejor poesía del momento en Andalucía.""

Más allá de precisiones lingüisticas, mientras que ?gaditano? es el natural de Cádiz, gadita pasa a denotar ?el que ejerce como gaditano?. Antiguamente se distinguía entre «tirillas» y «beduinos», que era como se denominaba a los habitantes del nuevo Cádiz que se extendió sobre el istmo, desde las Puertas de Tierra  hasta Cortadura. Hoy, ser gadita no es una profesión, sino un oficio amateur, esto es, de amante. Tampoco se trata de un simple estereotipo, aunque también lo sea. Es una actitud ante la vida, que puede hacer compatible las contradicciones y las paradojas. Da por hecho que los tanguillos y mucho más que los tanguillos se está perdiendo y es una pena. Y, a pesar de que no le importa demasiado que los granadinos se apropien de Manuel de Falla, entiende que una conjura de derrotistas viene conduciendo a Cádiz al desastre desde que nos mangaron la Casa de la Contratación de Indias. Canta tirititrán por alegrías con el hambre que vamos a pasar y llora por Camarón. Amigo de los disfraces, el gadita compagina el carnaval y la Semana Santa sin que le rechinen las entendederas. Quizá porque su mayor devoción religiosa sea el Cádiz C.F., sin darse cuenta que a Moliere no le sentó bien el color amarillo de la camiseta. Y aunque Cádiz pasa por ser abierta y cosmopolita, atrás quedaron los tiempos de la Carrera de Indias y de Jorge Juan. Esto es, el gadita puede creer que más allá de Puerta Tierra no existe vida inteligente, pero intuye al mismo tiempo que le sería más fácil tomar un café en La Habana que en Madrid. Suele viajar poco si no es por ciertas tristes obligaciones y su ilusión es la de que vive en el mejor sitio del mundo. Y puede que tenga razón, aunque sería bueno salir de vez en cuando fuera de las murallas para comprobarlo. Y es que el gadita vive intramuros, como en una especie de convento urbano pero? ¡qué convento!, con salida al mar y a las estrellas.

CIUDADES Hª

ALGAIDA LITERARIA-ALGAIDA NARRATIVA-.

El poeta y periodista Juan José Téllez nos cuenta en su nuevo poemario el tiempo muerto del amor, lo emocionante y también lo difícil de la, tan difamada, rutina de la pasión.

Los amores sucios es una colección de fotogramas desordenados que, superpuestos, dan lugar a una imagen de imágenes que cuenta la historia de cómo nos enteramos, poco a poco y a golpe de experiencia, de que el amor es menos noches de boda y besos desarmados y más labios urgentes y días después. Y de cómo pasa el tiempo y uno concluye que, aunque de segunda mano, ese amor sigue valiendo la pena.

«A menudo, nosotros hablamos por los ojos.

Tú me dices: 'Pupila'. Yo respondo: 'Pestaña'.

Veo lo que viste cuando no te conocía

y tú miras mis recuerdos como un paisaje futuro».

TRAS recibir el último premio Unicaja, José Manuel Caballero Bonald describió este libro como “una obra con mucha personalidad lingüística y con aires de estampa, de fragmentos de memoria, aire de una tradición que bebe generación del 27, pero también de la más reciente poesía norteamericana”. Y si a Luis García Montero le interesó la vinculación que formula “una unión sin fisuras entre la intimidad y la conciencia de la realidad, en el que se mezclan los poemas amorosos y la poesía política”, Manuel Alcántara aseguró que los versos que encierra “no son palabras gratuitas” sino que remiten a “una historia verídica, cierta, que responde a algo vivido y transitado”. Para Felipe Benítez, se trata de “un libro muy melancólico y de expresión brillante”. Y, en su prólogo, describe a su autor con las siguientes palabras: “Él se debe a sus nomadismos, a sus intrigas de muchacho eterno que no ha querido crecer más de la cuenta para no perder la confianza en las causas perdidas, que son tal vez las únicas que merece la pena ganar; él se debe a sus complots poéticos consigo mismo, a sus investigaciones sobre el terreno, a sus elucubraciones en torno al folklore o en torno a las plagas políticas, a sus ensayos y a sus
relatos, a sus tertulias mediáticas y a sus artículos de clamar al cielo con la voz serena de los escarmentados, aunque jamás de los vencidos”.