Ed. Teodosio Fernández, 5ª ed. Como muchos escritores de su generación, Jorge Icaza vio en sí mismo y en sus obras una consecuencia final de las transformaciones que el liberalismo había introducido en el Ecuador en las primeras décadas del siglo. Con su obra, parece sumarse a quienes pretendían hacer de la literatura una manifestación de lucha de clases, un arte proletario al servicio del proletariado internacional, cuyos mejores representantes en la sierra ecuatoriana eran los indios y otros sectores populares. «Huasipungo» es una pieza fundamental en el desarrollo de la narrativa indigenista andina. El indio que aparece en ella no es un indio mítico, sino un indio acosado por una naturaleza hostil y por los tradicionales abusos de los latifundistas. Junto al indio aparece el cholo, víctima del blanco y verdugo del indio.

• Estado: Bueno. Firmado en la página de anteportada.

Jorge Icaza (Quito, 1906 - Quito, 1978) ocupa un lugar de preeminencia entre la nueve generación de novelistas ecuatorianos, cuya nombradía rebasa las fronteras nativas, adquiriendo un prestigio continental, según es el caso también de atros compatriotas suyos, como Alfredo Pareja Diez-Canseco y Angel F. Rojas. Icaza ha cumplido una vasta obra novelesca, iniciada por Huasipungo (1934) y continuada con En las calles (1935), que obtuvo el Premio Nacional de Literatura Cholos, Media vida deslumbrados,
Huairapamushcas, El chulla Romero y Flores y Atrapados. Es autor adem6s de varias comedias y libros de relatos. Pero Huasipungo sigue siendo considerada como su obra más significativa, desde el momento en que inicia el ciclo de la llamada novela indigenista, presentando con firmes relieves el problema de la explotación del indio y haciendo a la raza autóctona protagonista de un drama que rebase lo individual y afronta,
con hondo sentido humano, los conflictos colectivos.