Tras el brutal enfrentamiento contra Han, el tercer líder supremo, Kenshirô constata que el país de los Asuras es su tierra natal. Además, llega a sus oídos la leyenda del redentor Raoh, al que todo el pueblo de dicho país espera con ansia.

Por el pueblo indefenso, por el juramento que trabó con Raoh, ¡Kenshirô afianza más si cabe su decisión irrevocable! "¡¡Ya no tengo camino por el que regresar a ninguna parte!! ¡¡Yo ejecutaré la leyenda de Raoh!!

Una estratagema de Kaiô provoca que Hyô, hermano de sangre de Kenshirô y líder supremo con sentimientos, penetre en el mundo demoníaco. Ante su propio hermano, Kenshirô decide que debe derrotarlo con sus propias manos precisamente por su vínculo de sangre. Tal es la aciaga cruz que debe acarrear el Hokuto Shinken... "¡¡Ha llegado la hora de la caída del diablo!!"

Un hombre con el corazón hecho trizas y otro que directamente lo abandonó... La batalla decisiva entre Kenshirô y Kaiô equivale al choque entre el Hokuto Shinken y el Hokuto Ryûken. ¡A medida que la formidable contienda llega a su conclusión, se desvela el triste secreto de los inicios y el establecimiento del Hokuto Shinken! "¡¡Tú también fuiste un digno rival y amigo!!

Kenshirô llega al país de Sava acompañado de Ryû, vástago olvidado de Raoh. Allí se encuentra con que ha estallado una disputa por la sucesión entre tres hermanos incapaces de cederse absolutamente nada entre sí. Tras conocer las tribulaciones de amor y pesar del moribundo rey de la nación, Kenshirô intercede implacable con su ardiente puño. "¡Yo recogeré el testigo de tu corazón!

El malvado Bolge, conducido por sus ansias de venganza, se presenta ante un Kenshirô que ha perdido la memoria. Cuando, deseando la paz, Kenshirô oye los gritos de su alma... ¡Su puño resucita junto a sus recuerdos perdidos! ¡Llega el final de una obra maestra incombustible e intergeneracional! ¡¡No hace falta que inscriban mi nombre en mi lápida!! ¡¡Si debo morir, que sea en los páramos de la batalla!!

¡El enfrentamiento que los seguidores han estado esperando por fin comienza, cuando los destinos de Manji y Shira finalmente se cruzan! Aunque le falta un brazo, los poderes de curación místicos de Manji lo mantienen como un oponente formidable, ¡pero su mayor enemigo, el despiadado Shira, ¡tiene algunos trucos depravados bajo la manga!

Con Shira más letal que nunca, y habiendo tenido tiempo de sobra para tramar sus retorcidos planes de venganza, ¿podrá Manji proteger a Rin de su némesis?

Kenshirô y Raoh se encuentran finalmente, frente a frente. Tras un duelo a muerte, su batalla termina en unas dolorosas tablas. ¡Por su parte, después de que Raoh pulsara uno de sus puntos de presión, a Rei le quedan solo unos pocos días de vida que, por el bien de su amada, quiere quemar luchando contra su Némesis Yuda, apodado "estrella mística", el mismo que llevó a las Seis Estrellas del Nanto a la destrucción! "¡Yuda! ¡¡Usa tu propia sangre como maquillaje!!"

Existe alguien con siete cicatrices en el pecho que pretende mancillar el buen nombre de Kenshirô... Se trata de Jagi, su hermanastro mayor, que también aprendió el Hokuto Shinken. Jagi, que no cesa de realizar todo tipo de fechorías, siente un fuerte y retorcido rencor por Kenshirô, que en su día se erigió como heredero legítimo del Hokuto Shinken, ¡y Kenshirô se deja llevar por una explosión de rabia contra él! "Jagi... ¡¡Di mi nombre!

Raoh se dispone de nuevo a dictar su voluntad sobre la era caótica tras derrotar a Toki. Con tal de detener el avance de sus hordas, las cinco estrellas de la constelación de Auriga, los Goshasei, se ponen en marcha a las órdenes del último general del Nanto. Sin embargo, uno tras otro caen ante el apabullante poder de Raoh hasta que Jûza de las nubes, cuyo talento innato reconoce incluso el tirano, decide finalmente alzarse. "¡Soy como las nubes! ¡Me muevo según dicta mi voluntad!

Los cielos enviaron al mundo a dos herederos: Kenshirô y Raoh. La batalla de los dos titanes, armados ambos con el arcano definitivo musô tensei, se convierte en un verdadero duelo a muerte. Cuando el último puño de Raoh, que contiene toda su alma, se cruza con el puño del corazón inquebrantable de Kenshirô... ¡Acontece el momento en el que todo quedará zanjado! "¡¡No me arrepiento de absolutamente nada en mi vida!!"