Penick sabía que más de la mitad de los nuevos practicantes de golf son mujeres y por eso en esta obra se centra, con su peculiar estilo sencillo y educado, en las peculiaridades de las jugadoras ofreciéndoles sus mejores enseñanzas.

Obra póstuma de Penick para la que seleccionó un compendio de anécdotas, recuerdos y consejos referidos a los jugadores que él considera maduros: y un jugador está maduro, explica, no por la edad sino por su comprensión de este deporte.

Las vivencias y enseñanzas de un hombre que acumulaba sesenta años de experiencia y pasión por el golf, en un libro con un carácter fundamentalmetne didáctico.