Etnicos del Bronce

Con un humor magistral, desde la más fina ironía hasta el sarcasmo más descarado, Almeida desenmascara la hipocresía reinante en la vida pública y privada de la sociedad caboverdiana que, vista a través de su singular lupa, se convierte en el paradigma de cualquier sociedad. Con la sensación de que podríamos cambiar los nombres y descubrir a los protagonistas de estas tres historias en caras conocidas, el autor nos muestra la capacidad de la literatura para echar abajo barreras geográficas y temporales.

El señor Napumoceno era un famoso comerciante y cuando murió todo Mindelon le tenía respeto. Pero la lectura del interminable testamento dio una nueva luz a la vida y personalidad del difunto. Ya que a nadie se le ocurrio que el señor Napumoceno podía haber empezado a mantener una relación amorosa con la mujer de la limpeza, y que pudiera tener una hija con la misma. Mientras las páginas del libro van avanzando, a mano de éste rico y gran hombre el lector encontrará reflejada la vida en Cabo Verde. Esta novela de Germano Almeida ha sido el hito en la literatura de su país y hoy en día el escritor es uno de los escritores más importantes en la literatura Africana.