978-84-9827-645-9
Ni el número ni el orden
Fernando Menéndez
Editorial: DILEMA Fecha de publicación: 01/11/2023 Páginas: 164Formato: Rústica
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Fernando Menéndez es uno de los más activos y creativos escritores de aforismos europeos, en palabras de Gino Rouzzi. Tempo di silencios entrelaza su palabra con las de otros autores italianos y franceses en un emocionante concierto de voces e interpreta de modo persuasivo e inventivo la cualidad que Francis Bacon atribuyó al aforismo: ser un género literario abierto al diálogo y a la experimentación, en el que la voz de un autor deja espacio a las reflexiones de otros, justo porque el aforismo no es un género cerrado sino algo dirigido a la búsqueda. En las piezas encadenadas que constituyen esta obra participan una pluralidad de intérpretes (esas otras voces que convoca en el arranque de cada una de ellas) con los propios textos del autor agrupados en una sucesión de movimientos cuyo tempo aparece explícitamente indicado para cada uno de ellos. De esta forma, los aforismos de Tempo di silencios aspiran a ser leídos de tal forma que se plieguen al ritmo ?a la respiración espiritual, emotiva o ideológica? que sugiere su autor.
Los sueños de las sombras es un diálogo poético y dramático. Diálogo porque las voces que acuden a las páginas son multitud, pues a los numerosos y muy diversos registros del autor vienen a sumarse puntuales intervenciones de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Píndaro en forma de enriquecedores fragmentos. Poético, porque no es solo un libro de poesía, sino sobre la poesía, entendida esta como modo de interrogar a la realidad. Y, por último, dramático en tanto en cuanto Fernando Menéndez ejerce el rol de corifeo, en consonancia con la mejor tradición del teatro ateniense. (Carlos Vara)
«Salpicaduras se compone de doscientos setenta y cuatro versos, todos ellos individuales. Distintos pero no distantes, y, por eso, yendo juntos ?salpican?. La palabra ?salpicaduras? creo que envuelve dos sentidos principales. En primer lugar, trataría de una actividad que transmite su fuerza a partir de elementos minúsculos, diminutos, uno a uno leves en apariencia; y, además, que esa actividad distribuida minimesimalmente se arroja de golpe como respuesta a una problemática definida del entorno» (Silverio Sánchez Corredera).
Historias somalíes es el diario o recuento de un personaje instalado en la periferia del barrio, en la lejanía crítica de quien se sabe (con razón) ajeno, pero sin olvidar que sus palabras son las de todos, y que gracias a ellas está a un tiempo dentro y fuera del mundo. Como todo diario, es un diálogo con el otro que llevamos dentro, hecho de las palabras y objetos que compartimos con el mundo, pero que también nos separan de él, porque los combinamos de modo diverso.
No importa lo que se nombra: importa el modo en que se nombra; importa el fraseo, la 'melodía de fragmentos'. 'Madura en el subsuelo'. En este verso de Octavio Paz parecen resumirse ciertos motivos recurrentes de Historias somalíes: barbecho, paciencia, lentitud, blues. Madura en el subsuelo, la obra de Fernando Menéndez, su labor secreta en los baldíos del lenguaje, en el pedazo de tierra que nadie quiere o advierte pero que acabará siendo huerta, edén. Madura en el subsuelo, la palabra que mina la raíz de la costumbre y hace tropezar al que camina. Asombra, sí, que esta persistencia sea hija del descreimiento, pero descreer es también una certeza, una seguridad que irradia su calor escaso en las manos.