978-84-16580-23-1
Maldita verdad
Empar Fernández Gómez
Editorial: Versátil Fecha de publicación: 18/01/2016 Páginas: 276Formato: Rústica
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Si la magnífica obra de Stefan Zweig “Momentos estelares de la Humanidad” presentaba episodios cruciales que determinaron nuevas derivas en la Historia, “La mirada infinita” es una versión novelada mucho más cotidiana, cercana e infinitamente más trágica.
A lo largo de 15 capítulos, nuestro protagonista, un personaje de ojos desparejos y una memoria acumulativa que se trasmite a lo largo de generaciones, aparece en diferentes lugares del mundo donde es testimonio directo de las peores manifestaciones del mal. Bajo similar aspecto y diversa condición, realiza un recorrido por el pasado más amargo y desconocido, un pasado marcado por la pasión, la venganza, los celos o la ambición.
“La mirada infinita” es un viaje original y prodigioso por la historia de las víctimas de la Historia.
Tras una desastrosa temporada en Roma, Álex Bernal llega de madrugada al aeropuerto del Prat y espera pacientemente su maleta junto a la cinta giratoria. Cuando por fin aparece su equipaje todos los pasajeros de su vuelo se han apoderado de sus maletas y han desaparecido. Sin embargo una sigue
girando en la gran terminal desierta. Álex, acuciado por la falta de dinero y de expectativas, se adueña de ella.
Sin pretenderlo se convertirá en el destinatario de una historia de amor y de dolor en la que Sara Suárez destapa las graves consecuencias que tienen los errores que cometió tanto en su pasado como en su presente, y en el de las personas que la rodean.
¿Qué es lo único que podría llevar a actuar a alguien que nunca ha hecho ni decidido absolutamente nada? Un impulso muy básico: la atracción por lo desconocido.
Dolors, Victoria y Alejandro son tres niños con toda la vida por delante a finales de enero de 1939. Tres supervivientes. Todo su futuro, su posible felicidad o su infortunio, se fragua en la ciudad sometida y dependerá inexorablemente de las decisiones que sus padres, pertenecientes al bando republicano, tomen mientras las tropas vencedoras entran en una Barcelona aterrorizada y cruelmente diezmada por la guerra. En 1939 no hay tregua para el derrotado, quizás no la habrá nunca. Dolors Carulla, Victoria Almirall y Alejandro Moral vivirán tres vidas distintas, tres destinos alejados que pugnarán por confluir setenta años después, en un lugar muy concreto, cuando todo, por fin, parece cobrar algún sentido.
Dolors, Victòria i Alexandre són tres nens amb tota la vida per davant a finals de gener de 1939. Tres supervivents. Tot el seu futur, la seva possible felicitat o el seu infortuni, es congria a la ciutat sotmesa i dependrà inexorablement de les decisions que els seus pares, pertanyents al bàndol republicà, prenguin mentre les tropes vencedores entren en una Barcelona terroritzada i cruelment delmada per la guerra. El 1939 no hi ha treva per al derrotat, potser no n’hi haurà mai. Dolors Carulla, Victòria Almirall i Alexandre Moral viuran tres vides diferents, tres destins allunyats que maldaran per confluir setanta anys després, en un lloc molt concret, quan tot, finalment, sembla tenir algun sentit.
Un indigente aparece muerto en circunstancias poco habituales, cerca del Paralelo barcelonés, en las inmediaciones de Montjuïc. Su cuerpo se halla rodeado de muñecas medio rotas a las que protege entre sus brazos de las llamas que han arrasado su barraca. Nada se sabe del anciano. Sólo que se trataba de un personaje extraño, aparentemente loco, siempre acompañado por decenas de muñecas a las que prodigaba exquisitas atenciones. "El loco de las muñecas" es una singular novela coral en la que, a modo de rompecabezas, se va desgranando el misterio del inusitado mendigo. A través de las voces de los personajes que le conocieron, tanto en vida como después de su muerte, se va reconstruyendo una historia dramática que hunde sus raíces en un trágico episodio que tuvo por marco la guerra civil y la posterior represión. Una galería de personajes variopintos, que van desde la viuda y las hijas a la criada inmigrante, el forense y el policía, magníficamente perfilados a través de su voz literaria, que entremezclan sus avatares cotidianos, pasiones y frustraciones con el conocimiento que poseen de aquel sospechoso aparentemente perturbado. Un enlace de vivencias que, con un vocabulario preciso y contundente, no exento de lirismo y buenas notas de fina ironía, permite a Empar Fernández brindarnos un amplio reflejo de la sociedad urbana de hoy, con sus luces y sus sombras, al tiempo que nos asoma al descenso a los infiernos de un hombre que aprendió a jugar con las muñecas.
“Deben ser los malos tiempos que acaban con los escrúpulos y todo lo corrompen... Los malos tiempos que nos harán peores.” Corre el año 1942 en una España oscura y atemorizada, la del racionamiento, el estraperlo y el hambre. Julián, un joven con ambiciones a quien la guerra ha truncado sus estudios de medicina y condenado a un futuro desesperanzador, necesita escapar de la asfixiante realidad. Sólo tiene una salida: mentir. Consigue ser contratado en calidad de médico y, como tal, embarca en el San Marcos, un desvencijado e insalubre mercante que une Barcelona con Veracruz, bajo el mando de un capitán sin escrúpulos que no duda en aceptar pasaje y hacinarlo en la bodega en condiciones lamentables. Allí conoce a Eulalia, una joven que como él arrastra una larga historia de silencios y medias verdades.
Mentiras capitales es una novela coral en la que Julián y Eulalia describen a dos voces sus circunstancias, su desolación, su angustia, sus silencios, sus mentiras. Impregnada de realismo y empleando una prosa precisa y lírica, Empar Fernández crea en el San Marcos, a través de sus vivencias y la de los pintorescos personajes que les acompañan en la travesía, una metáfora de aquella sociedad de posguerra. Una sociedad intolerante, colmada de servilismos, hipocresías y prejuicios. Reconstruye el panorama de miseria moral que alimentaba los más bajos instintos y en el que, afortunadamente, también tenía cabida la esperanzadora solidaridad entre los humildes, entre los desheredados. Una solidaridad que a menudo precisaba de «Mentiras capitales».