www.paquebote.com > EPICURO
Pocos, muy pocos filósofos han sufrido tantas censuras, calumnias y encubrimientos como Epicuro. Siglos y siglos de difamación y mordaza. Lo cual no debería extrañarnos. Epicuro cultivó buena parte de sus teorías y sus prácticas en un jardín situado a las afueras de Atenas, en la periferia de toda filosofía oficial. En aquel jardín vivieron, debatieron y rieron hombres y mujeres, aristócratas y esclavos, todos iguales. Mientras el estado y la democracia atenienses se desmoronaban en el Ágora, en ese jardín cada cual se construía a sí mismo y se orientaba hacia su propia felicidad. Epicuro inventó allí nuevas posibilidades de existencia, nuevas virtudes, nuevos conceptos. Revolucionó por completo la historia del pensamiento. Fue el primero, muchos siglos antes que Nietzsche, en afirmar que sólo es posible filosofar con el cuerpo, desde el cuerpo. Fue el primero en enfrentarse a la hipocresía de los líderes políticos y económicos, que se apropiaban (y se apropian) del placer y la riqueza mientras pregonaban (y pregonan) la tristeza y la resignación. Fue el primero, en definitiva, en proponer una idea general de la filosofía como medicina de la mente, como camino hacia una vida buena, una existencia feliz para todo
hombre y mujer. ¿Cómo no iban a querer silenciarlo?
En este libro presentamos los principales textos y fragmentos que la historia nos ha dejado de Epicuro. Lo hacemos en la impecable traducción de Carlos García Gual, que consideramos, como editores y como lectores, la mejor versión jamás realizada en nuestra lengua de la obra de este pensador. Y la completamos con tres ensayos sobre la filosofía epicúrea escritos por tres de los más importantes especialistas internacionales en el ámbito de la filosofía antigua: el propio Carlos García Gual, Emilio Lledó y Pierre Hadot, donde reflexionan sobre Epicuro o el Jardín, Epicuro o el pensamiento, Epicuro o la subversión, Epicuro o la risa, Epicuro o el placer de la existencia…
5ª.edición.
«Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven [...].»
Epicuro propone un remedio para contrarrestar las cuatro causas que, según el, hacen que el hombre esté encadenado al sufrimiento: el temor de los dioses, de la muerte, del dolor, y las ideas falsas sobre lo que en realidad constituye el bien. Su remedio, su phármakon, será la filosofía, que se convierte fundamentalmente en buen juicio y se abre a todos, a los jóvenes y a los viejos, a hombres, mujeres y esclavos.
Por este motivo, si, además de ser casi una revelación ética, el epicureísmo comporta una física y una canónica, esto se debe a que Epicuro está convencido de que el conocimiento de los fenómenos naturales condiciona el estado moral del hombre, y considera inútiles todas las demás ciencias que no sirven para mitigar el dolor. La necesidad de saber se mantiene, por tanto, como una condición de la salud del alma, y cualquier fundamento de la felicidad que no sea la verdad racional, natural y objetiva es rechazado de forma categórica, a la vez que se menosprecian los conocimientos que no tienen connotaciones éticas.
La doctrina epicúrea pretende ser esencialmente vital y moral, guardando siempre la eficacia para dispensar felicidad. Por esto mismo se ofrece sin distinción de condiciones sociales, de edad ni de sexo, y la filosofía, instrumento de esta felicidad, se considera fácil y asequible.
En esta quinta edición, después de un minucioso estudio preliminar, se reproducen su famoso testamento, las cartas a Heródoto, Pitocles y Meneceo, las Máximas capitales, las Exhortaciones (Gnomologio Vaticano) y, finalmente, los fragmentos de obras y cartas perdidas.
En la traducción de los textos han colaborado las profesoras Montserrat Camps y Francesca Mestre.