Los interiores SLOW son diseños que conducen a la calma y al disfrute del devenir del tiempo. Estos ambientes que invitan a asumir una perspectiva más pausada, son la respuesta inmediata al estilo de vida frenético que predomina en la actualidad.
La tendencia viene gestándose desde hace tiempo, con el resurgimiento del minimalismo, o la reapreciación del Wabi Sabi japonés. Pero es a partir de la pandemia del Covid que se cuela más contundentemente en el trabajo de los interioristas y las redes sociales como toda una declaración de intenciones: la felicidad no es un objetivo, sino un viaje, que se elige emprender cada día. El disfrute está en proceso, los momentos pequeños o grandes que dan forma al camino.
El SLOW LIVING es vivir con consciencia, apreciar el entorno y recurrir a la naturaleza.

Casas que se presentan como un refugio y contribuyen a plantear un paréntesis en el ritmo acelerado de la vida moderna. Así son las creaciones que diseñadores y arquitectos de diferentes partes del mundo exponen en este libro que recoge proyectos inspirados en el wabi sabi. La mirada contemplativa de esta corriente estética originaria de Japón se expande por todas las geografías. Bajo su lente, cobra valor el paso del tiempo, las texturas evidentes, los materiales naturales y las tonalidades que llaman al sosiego.

En momentos de sobre estimulación, exceso de información y consumismo, el minimalismo es una vía para la calma. No solo como corriente estética, sino además un estilo de vida que invita al desapego, el orden, a centrarse en lo importante, y a reducir al máximo lo innecesario. De la misma manera, las construcciones minimalistas inducen a dejar fuera el ruido de las ciudades y crear un espacio de meditación, serenidad y calma. Así, la tendencia estética se vuelve menos dogmática y abraza nuevas formas inspiradas por la naturaleza y el entorno.