9788494434631
No guardes nada en tus bolsillos «Diario romano»
Bruno Mesa
Editorial: Impronta Fecha de publicación: 01/11/2015 Páginas: 176Formato: Rústica
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Nacer, me dices, y entre llantos recibir
el áspero beso de una enfermera decepcionada,
la bendición de sangre y heces
junto al detonador del idioma,
luego la recompensa de los estigmas del pensamiento,
ese collar de aulas para tu cerebro,
o si lo prefieres puedes acarrear mercancías
en los polígonos de extrarradio,
abandonarte en una calle, a tu lado un cartón explicativo,
o preparar el gran truco de magia y desaparecer.
(...)
"Testigos de cargo", de Bruno Mesa.
Bruno Mesa (Santa Cruz de Tenerife, 1975) ha publicado los poemarios El laboratorio (2000), Nadie (2002) y El libro de Fabio Montes (2000). Es autor también de la colección de relatos Ulat y otas ficciones (2007), la novela El hombre encuadernado (2009) y el volumen de aforismos y ensayos Argumentos en busca de autor (2009). Es además traductor de El diario de Kaspar Hauser (2015), del poeta romano Paolo Febbraro.
«Fabio Montes nunca se atrevió a publicar sus poemas, ni siquiera en las pocas revistas que se lo pidieron. Su única justificación para ese anonimato injustificable, acaso un rebuscado ejercicio de vanidad, fue repetir una y otra vez que sus poemas no estaban corregidos. Sin esa improbable corrección los publicamos nosotros, sabiendo que eso le disgustaría». Bruno Mesa
La trayectoria literaria de Bruno Mesa (Santa Cruz de Tenerife, 1975) ha sido distinguida con varios galardones de reconocido prestigio internacional como el Premio Loewe a la Joven Creación o la beca de la Academia de España en Roma. A su primer poemario, El laboratorio (Visor, 2000), le seguirían Nadie (Visor, 2002), el libro de relatos Ulat y otras ficciones (Idea, 2007), el conjunto de aforismos y ensayos Argumentos en busca de autor (La Caja Literaria) y la novela El hombre encuadernado (Paréntesis, 2009). Asimismo, Mesa ha traducido al castellano a diversos autores, como Gottfried Benn, Eugenio Montale o Fernando Pessoa.
Ese tilo dice que volveremos, que no hay miedo en el camino hacia la cuna en que ya fuimos, ese tilo repite cuanto somos sin saber lo que somos. Nada nos cuesta ser raíz, intuir los dedos que fueron hojas, huesos que golpeaba el viento, parpadeos del sol. Ese tilo dice que volveremos, que nunca es pronto o tarde, que las leyes no sirven al misterio, que el tiempo no te explica, que somos ese olvido que nada necesita siquiera una esperanza o un poema.
«Tilo», Bruno Mesa
Bruno Mesa (Santa Cruz de Tenerife, 1975) es autor de los libros de poemas El laboratorio (2000), Nadie (2002), El libro de Fabio Montes (2010) y Testigos de cargo (Pre-Textos, 2015). En prosa ha publicado dos libros de cuentos, Ulat y otras ficciones (2007) y Literatura fantasma (2022), la novela El hombre encuadernado (2010), el volumen de ensayos Argumentos en busca de autor (2009), el diario romano No guardes nada en tus bolsillos (2015) y el libro de aforismos Planes de fuga (2021). Ha traducido El diario de Kaspar Hauser (2015), del escritor italiano Paolo Febbraro, además de poemas de autores como Eugenio Montale, Camillo Sbarbaro, Giorgio Vigolo o Salvatore Toma.
«Ahora que he perdido el premio Fundación Loewe de Poesía por unaminidad, y ahora que he ganado el Premio de Poesía a la Joven Creación después de aplastar las ilusiones de unos 826 poetas de 26 países (sigo los datos del periódico La Razón), debo reunir el valor suficiente para escribir mi curriculum vitae, que es lo más parecido a una novela de aventuras escrita por un seguidor de Nabokov, que además tiene la desgracia de vivir en África, de ser español y quizá de estar ebrio, como pedía el sabio Umar Jayyam y el libertino Abu Nuwas, por citar a dos compañeros de biblioteca. Ahora que existen en el dilatado orbe 826 poetas que sienten una envidia canina por Antonio Cabrera (ganador del gran premio), y quizá una rabia no menos canina porque un canario de 24 años, nacido en la triste ciudad de Santa Cruz de Tenerife, les haya arrebatado el ilustre premio de poesía que sin duda ellos merecían mucho más, porque son mejores, porque saben más y porque no hay derecho... Ahora, decía, puedo escribir mi curriculum sin que parezca una fábula de Esopo.» (Bruno Mesa).