Dos hermanas, Barba y Félice, y dos chicos, Cassius y Chaban­ne, son los héroes frágiles de esta suerte de mitología de nuestro tiempo: la huida se prolonga hasta el corazón de la ciudad, a través de los transeúntes, las familias, los vecinos, la policía y los gatos. Metáforas de la vida de cada día, los personajes juegan juntos hasta la muerte el ballet cruel y silencioso de los amores imposibles.
La huida a caballo hacia lo profundo de la ciudad es la única novela que escribió Koltès, inédita en España hasta la fecha, un texto alucinógeno y fulgurante sobre la juventud, las drogas y muchas cosas más.
Bernard-Marie Koltès (Metz, 1948 - París,1989) es autor de obras tan imprescindibles como La noche justo antes de los bosques, En la soledad de los campos de algodón o Roberto Zucco. Su prematura muerte a los 40 años, por sida, dejó huérfano al teatro francés contemporáneo de una de sus más grandes figuras. La huida a caballo hacia lo profundo de la ciudad es su única novela, escrita en 1976 y publicada en 1984 por Éditions de Minuit.

De vez en cuando, en la atmósfera gris del teatro europeo, surge un resplandor que anuncia el nacimiento de un gran autor dramático; así ocurrió con el nacimiento a la escena de Bernard-Marie Koltès. Había ido por primera vez al teatro en 1970, a sus veintidós años, y su emoción fue tal –ante una interpretación de Maria Casares– que inmediatamente se puso a escribir la que sería su primera obra teatral: una versión escénica de la Infancia de Gorki. En 1983 estrena en Francia Combate de negro y de perros, en una puesta en escena de Patrice Chéreau, que sería su mentor a partir de entonces. En el 86, Chéreau da a conocer su drama Muelle del Este, y al año siguiente En la soledad de los campos de algodón, que es sin duda, con Roberto Zucco, una de sus mejores piezas. En 1988, se pone en escena, siempre por Patrice Chéreau, El regreso al desierto, con Michel Piccoli en el reparto. Era la consagración de un verdadero dramaturgo, cuya vida, desventuradamente, había de ser casi tan breve como la de una estrella fugaz. Murió en 1989, al año siguiente de esta "vuelta al desierto", cuando acababa de cumplir cuarenta y un años.