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El rico, soltero y quincuagenario William Whittlestaff —que en más de un aspecto podríamos identificar con el mismo escritor—, para mantener la promesa de cuidar a la hija de un amigo gravemente enfermo, cuando éste muera, acoge en su residencia de Hampshire a la joven Mary Lawrie, de veinticinco años. La decisión la toma a pesar de la oposición de la vieja y demasiado franca ama de llaves, la señora Baggett, quien, con toda razón, supone que el «hombre mayor» se enamorará perdidamente de la recién llegada. Según estas previsiones, Whittlestaff pierde la cabeza por la joven y pide su mano, sin darle ninguna importancia a la diferencia de edad o a la historia de amor que la chica tuvo con John Gordon, joven estudiante sin dinero que había ido al extranjero a buscar suerte y que vuelve con una considerable fortuna de Sudáfrica y con la firme decisión de reanudar la relación amorosa con Mary interrumpida unos años antes.
Con gran precisión estilística y una perfección extraordinaria en la delineación de los personajes, tanto principales como secundarios, Anthony Trollope —junto a Charles Dickens, probablemente uno de los escritores más representativos de la época victoriana— confirma en El amor de un hombre de cincuenta años, su última novela, que nunca vio publicada, todo lo que de él dijo Henry James cuando declaró que el gran mérito de Trollope fue su capacidad de llegar a sentir lo cotidiano en todos sus aspectos.
• Anthony Trollope nació en Londres en 1815. Su infancia no fue de las más felices porque su padre, el abogado Thomas Trollope, tuvo durante mucho tiempo grandes problemas económicos y su madre, la escritora Frances Stapleton, en 1827 se fue a EE. UU. para unirse a una comunidad utópica y dejó a Anthony solo en Inglaterra. A su vuelta de América, Frances, más conocida como Fanny Trollope, publicó el libro Domestic Manners of the Americans, un fuerte ataque a las costumbres y a la sociedad americana, que se convirtió enseguida en un éxito de ventas. A pesar de ello, la familia siguió en dificultades y tuvo que marcharse a Bélgica para huir de los acreedores. Trollope volvió a Gran Bretaña, donde encontró trabajo como funcionario de Correos y, durante sus largos viajes en tren como inspector postal, empezó a escribir sus primeras obras inspiradas en las cartas perdidas. La fama la alcanzó con la novela The Warden (1855), primera de las seis novelas situadas en el imaginario condado de Barsetshire. Después de una exitosa carrera en Correos y de intentar sin suerte la carrera política, se dedicó exclusivamente a la literatura: su producción consta de más de cincuenta obras, entre las cuales destacan las novelas «políticas» o llamadas el ciclo «de Palliser» en las que a su habitual humor asocia una crítica a la hipocresía y a la ausencia de auténticos valores morales en la sociedad victoriana. Murió en Londres en 1882 y fue enterrado en el Kensal Green Cemetery al lado de su contemporáneo Wilkie Collins.
[Traducción de Alma Fernández Simón y Maite Roig Costa].