www.paquebote.com > Alberto Blanco
¿Por qué hablar de Dios? ¿Tiene aún hoy sentido esta idea? ¿No ha sido completamente desterrada por la visión científica del mundo, que parece relegarla a un estadio superado de la evolución de nuestra conciencia? Lo que antes le atribuíamos, ¿no se ha convertido en objeto de explicaciones cuantificables, sin necesidad de apelar a causas sobrenaturales? ¿Debemos por fin renunciar a pensar en Dios, o todavía es posible reinterpretar esta noción milenaria a la luz del conocimiento científico y de la reflexión filosófica? ¿Pueden la cosmología, la neurociencia y el arte aportar algo al intento de construir un nuevo significado para la idea de un ser superior? ¿Son la razón y la imaginación fuerzas opuestas en esta tentativa?
Desde la física, la teoría de la evolución y la filosofía, Carlos Blanco propone una nueva idea de Dios como concepto límite de la mente humana. A diferencia de las religiones monoteístas, que encuentran en Yahvé, Jesucristo o Alá las respuestas metafísicas últimas a los grandes misterios del mundo, en este libro lo divino se presenta como una pregunta abierta para la ciencia y para la filosofía; no como un dogma cerrado, sino como el horizonte de lo desconocido, que inevitablemente se amplía conforme avanza el de lo conocido, pues siempre podemos preguntar más de lo que podemos responder. No se trata de un Dios personal, hecho a imagen y semejanza del hombre para satisfacer nuestros deseos, sino de un Dios filosófico, equivalente al orden matemático de la naturaleza y a las posibilidades que de él se derivan.
En una síntesis de razón e imaginación, lo divino aparece como el término de un proceso de búsqueda y de interrogación que proyecta la mente humana, producto de la evolución natural, hacia un límite potencialmente infinito en su comprensión del universo y de ella misma. Dios sería entonces nuestra mente volcada al futuro. Persiste, eso sí, la gran pregunta: ¿estamos ante un constructo de nuestro cerebro? ¿Por qué no dejamos de plantearnos la pregunta sobre Dios? ¿Dónde hunde sus raíces la necesidad de cuestionarse continuamente la realidad? ¿Por qué tantas preguntas?
Toda montaña necesita tener faldas para tener una cima;
Toda montaña necesita tener cima para tener faldas.
Pero sólo en las faldas prospera la vida.
De ?Cinco vistas del monte Fuji?, de Alberto Blanco
Alberto Blanco nació en 1951 y ha hecho en menos de veinte años y antes de cumplir los cincuenta una de las obras más vastas, originales y diversas de la nueva poesía en lengua española. José Emilio Pacheco
«El minucioso y amoroso catálogo de instantes, animales, plantas, seres, soles y nocturnas revelaciones que nos presenta esta poesía, constituye, a mi modo de sentir, un oráculo terrible y un último grito de esperanza.» Álvaro Mutis
Perfume de niebla
después de la lluvia
se apartan las horas –el follaje–
y aparecen las islas
Veleros transparentes
los pechos en el aire
viniendo hacia mí
la flor de lenta seda del instante
¿Será esta la forma
que sin cesar buscaba
entre sueños altísimos
mi corazón?
Cierro los ojos
y veo una puerta en llamas
Abro la puerta y contemplo el mar.
"Las islas de oro" de Alberto Blanco.
Alberto Blanco es poeta, traductor y ensayista, además de ser bien conocido como artista visual. Nació en la ciudad de México en 1951. A partir de la publicación de su primer libro, Giros de faros, en 1979, ha publicado 27 libros de poesía en México y unos diez más en otros países, además de diez libros con sus traducciones de poesía, otros tantos libros de ensayos sobre las artes visuales y algunos libros para niños. En 1995 la editorial City Lights publicó una antología bilingüe de su obra, Dawn of the Senses. Sus poemas han sido traducidos a una veintena de idiomas. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores en 1977, y recibió la Beca Fulbright en 1991y la Beca Guggenheim en 2008. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.