Los sueños imprescindibles «Cuando los excluidos son parte de la esperanza»

• ISBN: 9788499238548
• Estado: Muy bueno. Prólogo de Ignacio Gracia Noriega.

Don Arturo, el reputado exdirectivo empresarial
comprometido con el submundo del hampa y la marginación, vuelve, después de un periodo de alejamiento de su labor asistencial al lado de los más infortunados: delincuentes, presidiarios, atormentados transexuales, vagabundos; casi todos politoxicómanos. Y Arturo vuelve tras la cadena de tristes acontecimientos culminados con lo sucedido a su amigo y protegido, el Furi, coprotagonista de sus anteriores andanzas, narradas en Clareandoscuro.
Arturo, Turo para los de la calle, se dispone a retomar su intensa actividad solidaria con un grupo de marginados liderados por Aris, el Rana para sus cercanos, a quien no ve desde hace bastante tiempo. Ha aprovechado el viaje de su esposa Geli al Japón, en visita familiar, para presentarse de improviso en el gueto donde sabía que su amigo desarrollaba los negocios más sucios, pero no entra dentro de sus cálculos lo que allí le va a sorprender: el comienzo de una aleccionadora historia repleta de episodios y personajes auténticos.

• Faustino Díaz nació en Santiago de Arenas (en la cuenca del Nalón, Asturias). Ha escrito libros técnico-socializantes y obras de orden humanizante-asistencial, entre los que se encuentra Los sueños imprescindibles, segunda de una tríada que comezó con Clareandoscuro y se completará una próxima publicación.
Cuando era un adolescente Faustino yas ejercía en el bar de su abuelo un peculiar «voluntariado» con unos pocos borrachines mal aceptados por la noble comunid minera; esta inclinación continuó durante sus estudios en Madrid, al unirse a un grupo de voluntarios que rescataban a niñas obligadas a prostituirse, y en Montessón (Francia) al lado de inmigrantes españles muy discriminados. También en Japon tuvo ocasión más tarde de seguir cultivando esta vocación altruísta.
Mientras ejerció de alto ejecutivo empresarial (época de deslucidos recuerdos) prosiguió su voluntariado como «freelance del amor y la compasión», como él dice.
Con su mujer, Mari Pepa, ha tenido ocho hijos (aún cuentan al más atlético y bondadoso de todos, que se les fue) y veintiún nietos. Todos ellos se quejan de la prioridad que Faustino concede a los desasistdos en detrimento de la familia...