Cautivos de la fama. «Rembrandt, Mozart, Freud.»

Todo el mundo reconoce a Rembrandt, Mozart y Freud pero pocos saben quienes fueron en realidad. Han quedado cautivos de su fama, y se les suele llamar genios porque su creación constituye un enigma. El tiempo les ha concedido la inmortalidad pero no fueron dioses ni héroes, sólo seres humanos con extraordinarias cualidades, con una férrea capacidad de trabajo, con una diamantina fe en el esfuerzo, con una existencia tan cruda como despojada de felicidad.
Protagonistas y testigos del tiempo que les tocó vivir se desengañaron de todos los placeres menos de la bendición del trabajo, y comprendieron con amargura que la vida del hombre se ve siempre arrastrada por el sexo, el dinero y la soledad. Nos han demostrado que el ser humano es capaz de todas las grandezas, nos han hecho mejores, más ricos y más sabios, más humanos de lo que fuimos, más nosotros mismos, incluso más felices quizás pero ¡a qué precio!
José Enrique Ruiz-Domènec, escritor granadino afincado en Barcelona, uno de los grandes ensayistas europeos de nuestro tiempo, nos ofrece, en un texto muy personal con toques biográficos, tres lecturas de la vida de esos tres nombres señeros de nuestro mundo, explicando precisamente esas tres vidas a través de su propia vida, de la solidez de su dilatada experiencia. Sin erudición molesta ni complejos intelectuales, con una gran humildad expositiva y un estilo sobrio y eficaz, ha escrito un libro excepcional, y sabio, en el que todo es aprendizaje, entusiasmo, sensatez y buen gusto. Un maestro de hoy que nos habla de los maestros de ayer.