Las noches de Flores

La crisis argentina obliga a un matrimonio mayor a hacer algo tan extraño como repartir pizza por la noche. Aldo y Rosita Peyró recorren las calles de Flores, un barrio de Buenos Aires, como dos jóvenes y así entran en contacto con una cara de la sociedad que de otro modo habrían ignorado.
En sus recorridos nocturnos ven de cerca la delincuencia, una consecuencia directa de la crisis: familias durmiendo en la calle, bandas juveniles haciendo destrozos, viejos y niños abandonados, borrachos.
Y entre estos episodios, destaca el secuestro y posterior asesinato de un niño, Jonathan, muestra del horror latente que ha sacudido a toda la sociedad. El caso Jonathan es el detonante de una serie de actos corruptos en los que están envueltos muchos de los personajes que acompañan a Aldo y Rosa en el reparto nocturno. Aunque también hay instituciones mezcladas en dicho asunto y quizá, aunque parezca imposible, un convento pueda esconder la parte más oscura y despiadada de esta trama, y tal vez y para mayor sorpresa, Aldo y Rosa no sean ese matrimonio cándido que en principio saltaron a las calles con un empleo inocente.
«Lo que Aira dice sobre Welch, uno de sus personajes, funciona para sí mismo: “Estilo e inteligencia en él son una sola cosa, y ésa es la primera y última lección: la transformación de la inteligencia en estilo, la resolución de una en otro”.» Matías Serra Bradford, Clarín
«Lo fantástico de la literatura de César Aira es una noción en extremo fáctica de la realidad, como si observara bajo una lupa la monstruosidad de una mosca que, además, platica sobre su vida breve.» Leonardo Valencia, Lateral