Internidades, interioridades

Mariela es una mujer latinoamericana que se encuentra en España con un propósito extraño. Deambula de ciudad en ciudad y esta vez ha acabado en Vigo, esa ciudad de puerto desmesurado, un lugar sólo apto para una humanidad anfibia, donde siempre se ve el mar al final de las calles, donde las avenidas siempre están mojadas. Tiene una cita con alguien que no conoce para entregarle la droga que lleva dentro de su cuerpo. Llega a una pensión, el punto de encuentro, pero todo comienza a ir mal, su organismo está al borde del colapso. Le cuesta comprender que ha caído en un lugar que más bien parece un recuerdo implantado, como un universo aparte, con un ser a su lado que puede que se haya saltado un guión establecido y que parece disfrutar con sofisticadas formas de tortura.
Por otro lado, en otro lugar de la ciudad, vive un hombre llamado Jaime, universitario que terminó la licenciatura hace años. Desde entonces, no ha encontrado trabajo, vive con sus padres, y su vida carece de horizonte: ni empleo, ni pareja, nada que lo pueda sacar del pozo de sombras en el que se encuentra. Continuamente se ve en el espejo y se siente un ser poco atractivo, obeso, anquilosado, alguien para quien el tiempo ha terminado. Vive obsesionado con el amor, y no es capaz de librarse del recuerdo de su ex novia, quien lo ha dejado no hace mucho. La envidia y el hastío se han convertido en una bola incandescente que crece en su interior. Su tiempo libre lo dedica a deambular con sus amigos, unos seres no muy diferentes a él, por las calles mojadas y malditas de Vigo, sintiéndose casi un extraño en esa ciudad, la única que conoce. Su única esperanza son las oposiciones que lleva preparando desde hace mucho. Puede que sea su última oportunidad. Jaime se siente infravalorado, como un ser anómalo en su propio hogar, y sus energías, cuando no estudia, las dedica a estar delante de la pantalla del ordenador, ideando extrañas escenificaciones, observando la semilla de su abismo.
Mariela y Jaime, dos seres opuestos y extraviados; dos figuras en la ciudad de las olas, donde los caminos son arduos, donde tal vez exista un azar dirigido para que seres tan diferentes confluyan en extrañas tramas en las que todo puede que sea un espejismo.
• José Manuel García López nació en Vigo en 1977.